Debido a una demora en el tiempo de entrega, una mujer ofendió a José Rafael Marciano y decidió no aceptar su comida, pese al esfuerzo que significó para él. Compartió su historia en redes sociales y usuarios lo apoyaron comprando ese y todos sus productos.
Sabemos que cuando se trata de un pedido, todos como clientes queremos recibir la mejor experiencia de compra. Por ejemplo, que se cumplan los plazos, que llegue en perfecto estado y que esté como esperábamos. Sin embargo, pocas veces nos ponemos a pensar que hay personas detrás de cada producción, sobre todo si se trata de algún emprendimiento que recién comienza.
Eso fue lo que un hombre en Brasil intentó explicarle a una clienta furiosa, luego de que este se retrasara con la entrega de su pedido. La mujer lo humilló, no recibió el pedido y este cocinero decidió compartir su historia en internet.
José Rafael Marciano, de 33 años —quien tiene solo una mano— habló de la humillación que sufrió por la demora en un pedido. A través de su cuenta de Facebook, compartió la lamentable historia.
Resulta que el pedido de esta clienta, fue su primer encargo tras comenzar con su emprendimiento de productos salados. Sin embargo, como la mujer le pidió productos en específicos, gastó mucho dinero para comprarlos y mucho tiempo en prepararlos, situación que claramente terminó por hacerlo llegar un poco tarde.
A pesar de que la demora fue corta, cuando llegó a la casa de la mujer, Rafael dijo que fue muy ofendido y humillado, y que escuchó de la mujer que “no era un profesional”.
Finalmente, la clienta no aceptó el pedido y por lo tanto, tampoco pagó por él, lo que preocupó aún más a Rafael pues se había gastado lo único que tenía en su billetera para comprar los ingredientes necesarios.
Con la comida en sus manos, decidió donarla a personas sin hogar y lloró mucho tras el suceso. Incluso, fue tanto que pensó en abandonar su cocina y su pasión, pues creía que no era el camino correcto.
Lo que Rafael nunca esperó es que, tras compartir su historia en Facebook, tuviera un cambio tan positivo. Cientos de personas leyeron su sentido mensaje y simpatizaron con su situación, no solo con un mensaje de aliento, si no que lograron disparar sus ventas al máximo.
Con el apoyo de las redes sociales, Rafael triplicó lo que habías gastado en esa primera clienta y ahora ya ha logrado impulsar nuevamente su emprendimiento de productos salados.