Todas las personas deberían trabajar en atención al público al menos una vez para empatizar con los empleados.
En la industria de los servicios, los trabajadores desempeñan un papel fundamental dentro de la experiencia del consumidor con su producto. Desafortunadamente, estos frecuentemente son objeto de malos tratos de parte clientes, quienes suelen incurrir en comentarios groseros, ofensivos o incluso ignorarlos completamente.
Este comportamiento no solo es inapropiado, sino que también puede resultar dañino y acarrear un impacto negativo en la moral de los empleados. Es con los meseros donde se suele ver esta clase de relación. Ellos usualmente tienen en su repertorio gran cantidad de historias vergonzosas y hasta terribles de gente que sobrepasó la línea con ellos.
Es así como recientemente una joven se hizo viral en redes sociales al contar ella misma su experiencia trabajando en un restaurante, detallando una anécdota en particular que dejó sin palabras a los usuarios, quienes sintieron empatía y aseguraron que ellos no podrían soportar lo que ella tuvo que aguantar.
A través de un video, el cual tuvo alrededor de 150.000 reproducciones en TikTok, Nuria Uriel narró cómo un día tuvo que atender a una familia con un conducta terrible hacia ella, menospreciando su labor e incluso tratándola como si se tratara de la servidumbre. “Hay quienes piensan que por pagar 500 euros la noche, pueden tratar a los empleados como servidumbre”, explicó.
Ella llegó a compararlos con la familia Manson: “Madre, padre, dos niños de unos 5 años, gemelos”. Desde el inicio el hombre fue bastante descortés, llamándola con chasquidos o silbidos, haciendo peticiones de manera maleducada e incluso saltando las normas del hotel.
Además, dejaron a los niños que hicieran lo que quisieran sin ningún control, lo que terminó con manchas de salsa en las paredes, manteles y hasta en los dependientes del local
Finalmente, este sujeto le pidió a la muchacha que fuera a comprarle algo a él fuera del establecimiento y al negarse, ya que no estaba entre sus actividades hacerlo, él le tiró el cuchillo al suelo y le mandó a recogerlo, para desquitarse de alguna manera: “Recógelo, ese si es tu trabajo”, dijo
“Por favor, si vais a un bar o a un restaurante, la gente que os sirve no son esclavos, no es servidumbre, es gente que lleva diez horas trabajando. Haced las cosas un poco fáciles o por lo menos no seáis gilipollas”, concluyó.
Usuarios comentaron apoyándola y diciendo que tuvo voluntad de acero para no terminar devolviendoles el maltrato. “Soy yo y le escupo en la comida”, escribió alguien. “Al final eres una persona que das un servicio , pero en ningún momento eres el siervo o esclavo del cliente”, comentó otro.