“Ser sorda no me impide trabajar”, expresó en sus redes tras asegurar que había apuntado correctamente la orden. Tiene experiencia en el rubro y nunca había tenido problemas.
Abrirse a la inclusión es una de las tareas más importantes que hoy por hoy tienen las empresas en el mundo entero. Sin embargo, no solo es una tarea de las empresas darle una oportunidad a personas con discapacidades, sino también de los clientes a entenderlos.
Lejos de esta idea fue lo que vivió una mesera sorda mientras atendía una mesa en el restaurante que trabaja. Las personas fueron groseras debido a su condición y solicitaron la atención de otra persona.
A través de su cuenta de TikTok @llosoncy, la joven habla sobre el tema de la sordera y la dificultad auditiva, y por supuesto, esta situación en el trabajo la compartió con sus seguidores.
En el video, ella reproduce una interacción que dice que sucedió con unos clientes en un restaurante en el que es mesera. Según la chica, les había pedido a los clientes que la miraran cuando estaban ordenando para poder leer sus labios. Los clientes estuvieron de acuerdo, pero miraron hacia abajo mientras ordenaban.
La joven les volvió a preguntar si podían mirarla mientras ordenaba, a lo que accedieron. A pesar de esto, procedieron a ordenar nuevamente mientras miraban hacia abajo.
Lo preguntó por tercera vez, incluso ofreciéndoles un bloc de notas para que detallaran su pedido. Aceptaron la libreta y le escribieron un mensaje a Lo: “¿Podemos conseguir un servidor diferente, por favor? Me incomoda que me lean los labios, es raro”, supuestamente decía el mensaje.
En la sección de comentarios, la mesera señaló que ella, como muchas personas sordas, generalmente puede realizar su trabajo con relativa facilidad: “Si tuviera dificultades cada vez que trabajaba, no seguiría trabajando allí”.
“No encuentro gente así a menudo, pero para que conste: ser sordo no me impide hacer mi trabajo y recibir un pago”, explicó en el pie del video.
Ante la situación, los usuarios apoyaron a la joven, y muchos dijeron que el comportamiento de los clientes estaba fuera de lugar.