A la mujer le informaron que posiblemente su expareja la estaba engañando con una compañera de trabajo, con la que solía compartir el almuerzo que ella le mandaba, así que para matar dos pájaros de un tiro, confirmó esto poniendo purgante en unos chilaquiles que llevaron a ambos directo al baño.
Las infidelidades son un tema engorroso que suele dañar a la mayoría de las relaciones alrededor del mundo. Siendo algo doloroso, afrontarlo resulta como algo sumamente complicado, sobre todo para la persona afectada por la deslealtad, proporcionado por un engaño que puede ser emocional o físico.
Aunque manejar esta situación es algo difícil, algunas personas deciden enfrentar la infidelidad con valentía, a modo de recuperar la dignidad y la confianza que la otra persona posiblemente le haya hecho perder. Algunos optan por trabajar en salvar la relación, mientras que otros prefieren darla por terminada, pero saliendo por la puerta grande.
Es en este contexto que una mujer se volvió viral en redes sociales, al contar en una especie de ‘story time’ como hizo frente a una supuesta traición. Tras sospechar que su esposo le era infiel, decidió ponerle laxante en su comida para confirmar y terminar por descubrirlo, protagonizando una jocosa historia donde él y su amante terminaron ‘redecorando el baño’ de la oficina.
Esta historia fue contada por una usuaria en TikTok a través de un video, el cual tiene hasta ahora más de 1 millón de visualizaciones. En este se puede ver cómo ella cuenta que tenía un acuerdo con su expareja en la que ella tenía que diariamente hacerle de comer. Aseguró que luego de tener 18 años de casados, empezó a sospechar de él.
Luego de que una persona cercana a los dos le pasara el dato de con quien supuestamente le estaba ‘poniendo el cuerno’ ella decidió elaborar un plan que consistía en ponerle este ingrediente ‘especial’ a los chilaquiles que el susodicho compartía con su moza y de esta forma mataba dos pájaros de un tiro: Descubre el engaño y se vengaba de los involucrados.
“Aquí voy a descubrir si de verdad esa vieja anda con mi marido. Agarré y empecé a raspar 8 pastillas completas en sus pinches chilaquiles que él decía que le encantaban”, comentó
La conclusión de la historia, la cual la reseñó en cuatro partes separadas, fue que el tanto el hombre como la mujer comieron los alimentos ‘especiales’ y como era de esperarse, fueron a dar al WC. “Me llamó bien enojado, que que le había echado. Me estaba muriendo del coraje, pero también de la risa”, sumó.
“Descubrí finalmente que fue con ella porque después me confirmaron que hasta en la boca le daba el almuerzo. Ella se hacía mensa porque sabía que estaba casado. Me dijeron que estaban en una reunión con los supervisores y a la fulana se le salió uno que hasta los cachetes le rebotaron”, añadió.
“Para los maridos, si, estamos locas, pero estamos loca cuando nos mienten cuando nos engañan”, agregó.