Este hombre anónimo compartió varios videos de Kalbi, su bello cerdito, y logró juntar más de 100 mil seguidores en su canal de YouTube. Cuando publicó un video de un lechón recién salido del horno, causó el horror de los cibernautas; sin embargo, todo era parte de un cuestionable plan maestro.
Nos iremos a Corea del Sur, donde trascendió una morbosa historia que involucraba un canal de YouTube, un creador de contenido y un adorable cerdito pequeño. Y si bien todo indicaba que el final sería terrible, la verdad es que hubo un plot twist que, sinceramente, no sabemos si terminó de convencer a la audiencia.
Resulta que este creador de contenido hizo un canal llamado Eaten Pig after 100 Days —o “Cerdo comido después de 100 días”, en español— y comenzó a compartir videos del cerdito mencionado, llamado Kalbi.
El animal aparecía con tutús y enrollado en mantas como si fuese un bebé, lo que evidentemente hizo que la popularidad del canal subiera como la espuma: a pocas semanas de haber sido lanzado, ya tenía más de cien mil suscriptores.
Sin embargo, habían detalles importantes en los videos publicados: de vez en cuando aparecía el mismo dueño de Kalbi mostrando trozos de carne cruda de cerdo en cámara. Y si tomamos en cuenta el desconcertante nombre del canal además de que “Kalbi” significa “costillar asado” en coreano, mucha gente unió los puntos.
Y claro, los miles de espectadores le rogaron al hombre del canal que no hiciera nada con el cerdito Kalbi, sabiendo que probablemente lo iba a terminar cocinando al horno. Lo acusaron de crueldad animal y psicopatía: “¿Cómo te sentirías si amaras a alguien que sólo está esperando para matarte?”, preguntó un cibernauta.
Los cien días de vida de Kalbi supuestamente se acabaron el pasado 1 de septiembre, y el dueño del canal publicó un video ese día en donde sacaba el cadáver de un cerdito pequeño de una caja de cartón, sazonaba la carne y luego la metía al horno. Para mucha gente, Kalbi ya había sido víctima del experimento de su dueño, quien recibió amenazas de muerte e incluso de bombas por su “anormal” y “asquerosa” iniciativa.
Pero en entrevista con VICE World News, el creador de contenidos —que prefirió ocultar su identidad real— comentó que la intención de los videos era hacer que la gente se cuestionara lo que comía. Dijo que su meta era mostrar que la carne de los supermercados venía de animales tan bellos y tiernos como Kalbi y, en caso de comer carne, la gente debería apreciar el sacrificio del animal.
Ya aclarada la polémica, ¿qué pasó con Kalbi? Sorpresa: no está muerto. El dueño del canal publicó un video hace unos días en donde el cerdito está vivito y coleando; compró otro lechón para cocinarlo en el video anterior.
Sin embargo, surgen muchas dudas con este método de convencimiento: para varios, el youtuber usó a los cerditos para ganar clicks y lucrar a partir del bienestar emocional de la audiencia. Además, algunos grupos animalistas cuestionaron el hecho de querer generar consciencia sobre la alimentación mientras se cría y se mata a cerditos.
“Los cerdos son inteligentes, curiosos, animales juguetones. Matarlos es tan poco ético como degollar al perro de la familia. Instamos a todos a no ver este canal de YouTube, y ser compasivos con los cerdos y otros animales al dejarlos fuera de sus platillos”.
—Nirali Shah, vocera de PETA, a VICE World News—