La imagen deja ver su panza pocos minutos después del parto. Y no, no es como imaginas.
Coincidimos en que dar vida a otra persona es una de las cosas más importantes y maravillosas que puede hacer una mujer en su paso por este mundo. Y es que, sin intención de restarle validez a todas aquellas que optan por no tener hijos, es indudable que el acto de posponer los intereses personales a fin de “invitar” a otro a ser parte de la existencia humana, es fiel reflejo de toda la grandeza que hay en el hecho de ser madre. Pero, a pesar del innegable goce que se encuentra en la crianza, los embarazos son difíciles. Y no hay mujer que se libre de esa complejidad.
Sin embargo, una joven madre australiana habló por todas las mujeres y dejó en evidencia todo lo que se pone en juego al momento de dar vida a otra persona. Su nombre es Elise Grossman.
Aunque es evidente que tanto la felicidad como las adversidades que residen en la maternidad van mucho más allá de lo corporal, también es cierto que el organismo muestra, de manera simbólica, todo aquello que puede estar ocurriendo en el plano psicológico y emocional.
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Recientemente, la madre dio a luz a su tercera hija. La nombró Willa y ella llegó a este mundo evidenciando que el amor de una mujer por sus pequeños es simplemente insuperable. No obstante, eso tiene sus costos.
Elise tuvo un parto natural en la bañera de su casa.
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“Finalmente sentada para relatar sobre el nacimiento de Willa. Ella llegó rápidamente y nada nunca podrá compararse a ese primer momento en que uno se encuentra con su bebé. Gracias”, escribió la joven madre junto a la imagen donde aparece ella con su hija recién nacida.
Pero, además, Elise compartió una fuerte imagen que muestra cómo se vio su vientre minutos después de haber dado a luz. Lo hizo a fin de evidenciar que no es fácil, pero que vale la pena cien por ciento.
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El parto es sin lugar a dudas un acto maravilloso que, a pesar de las dificultades físicas y personales que pueda presentar, vale absolutamente la pena. Al menos eso asegura Elise.