Aprendió a moverse dando saltos como si fuera un canguro y a correr tan rápido como un conejo.
Mi gata Ágatha se pasa el día corriendo, saltando, comiendo y tomando siestas. No es una gata cualquiera, porque es muy especial y muy metiche, pero hace prácticamente lo mismo que todos los gatos. Así es Pancake, una gatita que sólo tiene dos patas pero que ha aprendido a ser tan feliz como todos los demás.
Para desplazarse, aprendió a saltar erguida como si fuera un canguro.

Pancake no tiene las patitas delanteras debido a una deformidad en su esqueleto que casi le cuesta la vida, porque sus anteriores cuidadores la iban a dejar tirada porque no la querían, de acuerdo a lo que dijo Meagan Malone, su mamá humana.

Mamá humana Meagan quería tener la preciada compañía de un gato y se llevó a Pancake para cuidarla y amarla mucho cada día.


Ella nunca se había hecho cargo de un animalito con discapacidad, pero en la mirada de Pancake encontró la inspiración que necesitaba.

Todo salió muy bien y Pancake pronto descubrió como moverse sobre sus únicas dos patitas.



Aprendió a caminar lento, a correr como un conejo y a saltar como un canguro. Y por supuesto que también sabe cómo trepar en el a cama y en sofá.



Cuando duerme, se relaja tanto que su columna vertebral a veces forma una perfecta C. ¡Qué elasticidad tiene Pancake!

