De hecho son varios peluches y tienen la marca que dejó el doloroso pasado.
La vida de Justicia, un hermoso terrier de 7 años, cambió completamente cuando sus dueños tuvieron una hija. La niña desarrolló una terrible alergia a los perros, y Jessica Hems y Adam Esipu decidieron que debían dar a su mascota en adopción. Sintiéndose incapaces de entregarlo a la perrera ellos mismos, contactaron a un amigo al que le dieron 60 dólares por llevarlo.
En lugar de cumplir con lo pactado, Michael Hill amarró a Justicia con cinta para cables y lo dejó en un terreno vacío para que muriera.
Afortunadamente, Dean Cresswell paseaba a sus perros cerca del lugar y ellos percibieron el sufrimiento de su hermano y guiaron a su dueño hasta él. Dean contactó a la Sociedad Humana de Windsor/Essex, quienes se apresuraron a ayudar al pequeño, quien en ese momento apenas podía respirar, tenía problemas para moverse y estaba extremadamente hinchado.
Tomó meses de terapia, pero Justicia comenzó a sanar. Sin embargo, quedó con una cicatriz distintiva alrededor de su hocico.
Justicia es un perro tan dulce que encontró pronto otra familia, además de prestarse para hablarle a grupos de gente acerca del cuidado animal y luchar contra la crueldad que animales como él enfrentan.
Para estas fiestas, la organización tuvo la genial idea de crear un juguete de felpa inspirado por Justicia. La replica incluye su cicatriz.
Aunque esta historia comienza trágicamente, actualmente Justicia se encuentra perfectamente saludable y su nueva mamá lo adora.
Michael Hill fue condenado a 2 años en la cárcel federal, no puede tener animales o armas por 25 años y debe pagar una multa de 200 dólares; una de las condenas más fuertes en este tipo de casos que se ha dado en Canada.