Ambos están obsesionados con dormir abrazados haciendo cucharita cada vez que pueden.
Cuando Sylvester llegó por primera vez a su casa de acogida, le costó encontrar su lugar. El gatito es muy tímido, por lo que no sabía en quién podía confiar. Sin embargo, cuando conoció a Cooper el pug, todo cambió. El gatito inmediatamente se apegó al perrito, buscando en él apoyo y consuelo. Cooper también es un perrito tímido y nervioso, por lo que ambos se entienden perfecto. Ahora son inseparables.

Los padres humanos interinos, Jacky y Yeshi, del gatito afirman: «Desde el principio Sylvester se mostró curioso con Cooper. A pesar de ser más grande, Cooper estaba muy confundido e inseguro. Los primeros días Sylvester intentaba captar su atención, pero eso estresaba a Cooper«. Eventualmente el felino sacó a relucir toda su simpatía y se ganó el corazón del perrito. Ahora pasan sus días jugando juntos y haciendo cucharita cada vez que pueden.
Según Jacky y Yeshi: «Sylvester y Cooper son inseparables. Pasan todo el día pegados. Sylverster espera a Cooper en la puerta cuando lo sacamos a pasear. También lo espera cuando lo están bañando y se une a él en la bañera una vez que ya drenamos el agua«. Aquí abajo puedes ver una foto de ese momento:

Esta es una amistad hermosa, pero Sylvester no siempre tuvo un amigo como Cooper que cuidara de él. La asociación rescatista Little Wanderers NYC lo rescató cuando encontraron a su madre, una gatita callejera que había tenido bebés recientemente. Pero el tímido felino floreció en un cariñoso gatito con la ayuda de su mejor amigo perruno.