Bonito quedó al cuidado del hijo del difunto, quien prometió que lo cuidará como lo hizo su padre durante años.
Decir adiós siempre es un triste momento. Uno nunca está preparado para no ver más a un ser querido. Ha estado presente gran parte de tu vida, se ha vuelto indispensable para ti. Pero debemos madurar porque no todo dura para siempre. Los sucesos inesperados ocurren y tenemos que tener la madurez necesaria para enfrentarlos.
Un caballo se despidió “llorando” de su amo, quien murió repentinamente en un accidente en México. Fue su fiel compañero durante años. El destino le jugó una mala pasada y su humano terminó por perder la vida de una trágica manera. Lamentó con lágrimas esta partida.
Don Jacobo fue atropellado por un trailer que se quedó sin frenos. Quedó introducido abajo de un camión de carga pesada, falleciendo de manera inmediata en el lugar.
Sus amigos fueron a darle su último adiós al velorio, pero hubo alguien que no podía quedar ausente: se equino. Desde que llegó a la funeraria, los presentes notaron lo triste que estaba. Fue abrazado por cada uno de ellos a modo de consuelo.
El animal no quiso ver por última vez a su amo en el ataúd. Se quedó fuera, en la puerta, con la mirada cabizbaja, como si entendiera que jamás lo volvería a ver. Lo acompañó lealmente hasta el final.
En la imagen que se le tomó, se ve cómo el caballito mira hacia el suelo esperando que Don Jacobo fuera por él. Sabe que no sucederá. Se volverán a ver en el cielo.
El medio RNT México, informó que el animal se llama Bonito. En conversaciones con ellos, el hijo del difunto, Gerardo Esparza, comunicó que ser hará cargo de él. Lo cuidará como lo hizo su padre como todos estos años. Ya es parte de su familia.
El vínculo que se forma entre una mascota y su dueño es inquebrantable. Traspasa todo tipo de límites, incluso la muerte. No me cabe duda que Don Jacobo velará por el desde el más allá. Bonito tiene un ángel guardián.