La dueña de Winnie, Sarah Madden, se dio cuenta que su perrita se desesperaba por querer ver a Chips, así que planeó una “cita”. “Estaba un poco nerviosa. Pero no tardó mucho en entrar en calor, y estaban tan felices juntos”, contó.
Los perritos suelen ser muy sociables y cariñosos, incluso con quienes no son sus cuidadores. Pero ese amor también lo saben entregar para otros perritos, sin importar sus razas y si es que son caseros o de la calle.
Así lo demuestra cada dia Winnie, una perrita caniche que le gusta hacerse amiga de las personas que se encuentra en la calle cuando su dueña la saca a pasear.

Según información de The Dodo, Winnie es muy amigable con los desconocidos. Sin embargo, ese cariño no solo lo entrega a las personas que se topa en su diario vivir, sino que también a otros perritos.
Así fue como le ocurrió con su vecino perruno, Chips, con quien hizo buenas migas desde el principio. Sarah Madden, quien es su dueña, contó que tan pronto vio a este perrito se obsesionó con él. “Comenzó a saltar en el patio y corrió hacia su ventana para besarlo“, contó la mujer.

Este perrito nunca se había topado antes con Winnie, siendo que vivían en el mismo complejo de apartamentos. De ahí en adelante, la rutina era que al volver del paseo Winnie se asomara en su ventana para ver a Chips.
“Es lo primero que hace cuando sale: corre hacia la ventana para ver si está en casa. Se pone un poco triste cuando él no está“, agregó la mujer.

Lo que Sarah no se esperaba era que la dueña de Chips se daría cuenta de esta amistad y la llevaría a otro nivel: un día cuando llegaron de pasear se dieron cuenta que había un regalo especial de San Valentín con una nota escrita “a mano” por el otro perrito.

Ambas cuidadoras sabían que tenían que cumplir el sueño de ambos canes y que tuvieran su primera cita juntos. Fue así que los hicieron conocerse en persona, más allá de las correas y los barrotes de las casas, y salieron a pasear al parque.
Aunque había nerviosismo todo salió bien. “Winnie solo había visto a Chips a través de la ventana, así que cuando finalmente pudieron caminar juntos, estaba un poco nerviosa. Pero no tardó mucho en entrar en calor, y estaban tan felices juntos“, cerró Sarah.