Stray Rescue de St. Louis, Estados Unidos, ha creado ya varios de estos encuentros entre los chicos del sector y los perritos. Mientras que los cachorros necesitan amor, los niños gozan de la compañía y los juegos.
Es cierto que las personas que sufren de alguna clase de discapacidad, especialmente quienes se vieron aquejados por alguna dificultad congénita que estuvo con ellos desde el momento en que nacieron, tienen un paso mucho más difícil por el mundo del que tendríamos quienes gozamos de todas nuestras facultades. Pero esto también significa que estas personas tiene una capacidad especial para conectarse con las cosas más simples de la vida. El mejor ejemplo de ello, es la capacidad que los chicos o personas con síndrome de Down tienen para dar y recibir cariño.
Mientras que la mayoría de nosotros crecemos para volvernos algo solitarios y reacios a buscar cariño y afecto como lo hacíamos cuando chicos, ellos no conocen la vergüenza.
Esto era lo que tenían en mente aprovechar en el Stray Rescue of St. Louis, un refugio para cachorros abandonados, donde ya han buscado en más de una ocasión lograr la participación de los chicos y chicas con síndrome de Down de la zona.
Su objetivo es aprovechar la capacidad inagotable para dar cariño de estos chicos, así como recompensarlos con uno de los placeres más grandes que tienen para ofrecer este mundo: compartir con cachorros de perritos.
Los encuentros entre los cachorros que ellos han rescatado, muchos de ellos abandonados por sus madres, y los chicos con discapacidades, han dado para momentos memorables.
Dado que los cachorros no tienen un límite de cariño a recibir, y los chicos con síndrome de Down son capaces de dar cariño sin nunca detenerse, esta es una combinación hecha en el cielo. Las fotos que fueron tomadas y compartidas en el Facebook del Stray Rescue of St. Louis, muestran la satisfacción que las dos partes involucradas obtuvieron de la actividad.
“La semana pasada nos lo pasamos muy bien con la increíble Fundación de la Familia Pujols. Su misión es promover la concienciación y proporcionar esperanza a los niños y familias que viven con el síndrome de Down. Nos encanta esta asociación y amistad, y también los cachorros. Recibieron muchos besos y mucho amor. Fue un día increíble. Y un agradecimiento especial a nuestros queridos amigos de Penny Lane Bakery por hacer galletas personalizadas y deliciosas”
–Organizadores de los encuentros entre chicos y cachorros, en el Facebook del Stray Rescue of St. Louis–
La experiencia le enseñó algo muy importante tanto a los chicos como a los organizadores: quizás todos deberíamos actuar un poco más entre nosotros, como lo hacemos con los cachorritos