Chada, quien sufrió maltratos y abusos en el recinto, nació en cautiverio y pasó su vida entreteniendo a los demás. Una vez que quedó ciega, fue relegada de los demás animales. Ahora chapotea feliz en un santuario.
Aunque el uso de animales en el circo sea una actividad que ha sido muy perseguida por diversas organizaciones animalistas a lo largo del mundo, es una problemática que sigue existiendo en ciertos países.
Chada es una osa anciana de un circo que nació en cautiverio. Según información de I Heart Dogs, el animal había envejecido tan rápidamente que los dueños del circo en donde pasó su vida siendo parte del espectáculo decidieron desecharla y marginarla de los demás animales del recinto.
Esta osa pasó toda su vida teniendo que trabajar para los humanos y entretener al público que día a día asistía a ese zoológico en el que vivía en pésimas condiciones, encerrada en una jaula y comiendo lo justo.
Luego de esa vida de maltratos y abusos, Chada envejeció y cumplió 20 años. El golpe del tiempo le ocasionó problemas de salud, como por ejemplo, la pérdida de la visión.
De esta forma, fue desechada y relegada a un garage, en donde fue enjaulada en una caja. Esta historia llegó hasta los oídos de la Save Wild Foundation, cuya fundadora, Marina, decidió ir al rescate de Chada.
Los lugareños la lograron contactar y Marina, junto al equipo del refugio White Rock Bear, llegaron hasta el zoológico para liberarla.
La osita tenía una mirada muy triste y parecía desencantada de la vida. Pero una vez que llegó al santuario se dio cuenta que su vida cambiaría desde ese punto. En ese lugar tiene espacio para correr, jugar y chapotear en una gran piscina.
Su personalidad comenzó a florecer, pero los voluntarios se dieron cuenta que ella seguía siendo más tímida que de costumbre, ya que estaba muy insegura por socializar. A pesar de eso, logró tener contacto con otros osos, a quienes besó a través de la cerca que los separa.