“Estoy muy feliz de volver a verlo (…) Sabía que íbamos a estar juntos para siempre”, contó Soren High, quien tuvo el cadáver de su gatito en su congelador durante semanas antes del procedimiento de liofilización.
Hay personas que quieren tanto a sus animalitos y mascotas, que cuando llega el momento en que fallecen puede resultar muy traumático. Y es que la despedida de un gatito o un perrito que han sido queridos por siempre puede ser muy similar a la de un ser querido o un familiar.
Así fue como lo vivió Soren High, un diseñador de moda no binario de Oregon, Estados Unidos, que vivió la cruda experiencia de que su gato falleciera a manos de un violento perro que lo mutiló.
“Fui testigo de cómo un perro que vivía frente a mi casa mataba a mi gato a altas horas de la noche (…) Ha sido una de las pérdidas más duras de mi vida y nunca había experimentado algo así, dado que su muerte fue muy repentina no estaba preparado para esto“, dijo.
Según información de Daily Mail, luego de que Soren, de 35 años, estuviera un poco mejor anímicamente de su pérdida, sabía que tenía que hacer algo para homenajear a ese gatito que le entregó tanto cariño mientras estuvo vivo.
Fue así que, aunque parecía algo poco común, decidió liofilizar el cadáver de su gato. ¿En qué consiste esto? Bueno, lo que hizo fue congelar el cuerpo del felino de 16 años para que pudiera ser conservado para siempre.
El proceso, que cuesta 3.200 dólares, consiste en congelar el cuerpo e incinerar todos los órganos, menos el corazón. “Tener la capacidad de tocarlo es especial, poder verla en la casa nuevamente (…) Sabía que quería preservarlo el día que lo llevé a casa. Sabía que íbamos a estar juntos para siempre“, comentó el diseñador.
Para eso, Soren tuvo que guardar el cadáver de su gato en el congelador de su casa antes del procedimiento. Tras unas semanas, Loki volvió a su hogar.
“Estoy muy feliz de volver a verlo. Me despierto todas las mañanas y lo acaricio todos los días“, contó Soren, quien además agregó que el gatito mantendrá su apariencia actual para siempre mientras no esté expuesto a la luz solar directa.