Esta gráfica fue capturada por el fotógrafo Igor Altuna en Zambia, África.
La fotografía es un arte que aquellos que la practican saben muy bien lo difícil que es llegar al punto en que pueden capturar justo lo que quieren, de la forma en que lo buscan y en el momento indicado. Saber disparar en el instante justo que ocurre lo más interesante de una historia es quizás la mayor destreza que puede tener un fotógrafo.
Eso lo saben muy aquellos profesionales de la cámara que se dedican a retratar el mundo salvaje, porque es en este contexto cuando a veces ni siquiera se puede parpadear porque una gran fotografía se puede escapar de las manos. Además, hay que saber que quienes trabajar en junglas y selvas debe estar muy atentos a su entorno.

A través de la imagen se puede transmitir mucho, como sucedió en el caso de una aclamada captura del fotógrafo Igor Altuna, quien durante una de sus excursiones por África logró retratar el momento justo en que una madre leoparda se llevaba entre sus dientes a una madre mona ya fallecida, pero de quien colgaba aún su cría viva, sin querer soltar a su madre.
La foto ha sido tan elogiada e impactante que el Museo de Historia Natural de Londres, Inglaterra, la seleccionó entre las imágenes que compiten por el premio para el Fotógrafo de vida salvaje del año, en la versión que se gana con el voto de la gente, como se puede ver en su página web.

“Esta leoparda había matado a una especie de babuino en el Parque Nacional South Luangwa de Zambia. El bebé del babuino todavía estaba vivo y aferrado a su madre. Igor observó cómo el depredador caminaba tranquilamente hacia su propio bebé“, dice la descripción de la foto.
“Su cachorro jugó con el bebé babuino durante más de una hora antes de matarlo, casi como si le hubieran dado una presa viva como lección de caza”, añadió.
