Este coche sí que zumbó.
Carol Howarth, una abuela de 65 años, detuvo su coche un domingo a mediodía en una calle de Haverfordwest (Gales) para hacer unas compras. Nunca esperó que, mientras tanto, la parte trasera de su vehículo fuera invadida por un enjambre de más de 20.000 abejas. El inusual espectáculo atrajo la mirada de muchos, por fortuna un experto en el manejo de esta especie apareció antes de que alguien tomara medidas que pusieran en riesgo al enjambre o a las personas allí presentes.
Tom Moses, guardabosque del Parque nacional de la Costa de Pembrokeshire, presenció la escena y de inmediato se contactó con dos miembros de la Asociación de Apicultores de Pembrokeshire:
“Estaba muy preocupado de que alguien pudiera resultar herido por el enjambre o alguien les hiciera daño en su intento de limpiar el coche, así que me detuve para de ayudar”.
Moses comentó que a cambio obtuvo picaduras en su cabeza, cuello y la parte posterior de sus orejas.
Cuando Howarth retornó de sus compras, se subió al auto pensando que el problema se había resuelto. Sin embargo, en la mañana del lunes el enjambre estaba de nuevo sobre el maletero del vehículo.
Los apicultores llegaron a su casa y lograron remover al enjambre hacia las 6:00 p.m.
La explicación más sensata de este comportamiento señala que seguramente la abeja reina se encontraba atrapada en alguna parte del maletero y el comportamiento instintivo del enjambre fue perseguirla.
Sin embargo, la reina nunca apareció.
Durante esta época del año es usual que las abejas se retiren de su colmena en compañía de una reina para fundar una nueva.
Sólo que un coche en movimiento no es un hábitat muy propicio.