Una trágica historia que muestra lo necesario que es cuidar bien a los perros.
Esta es la historia de Bobb, un pequeño perrito que después de pasar 10 tortuosos años solo en las calles de Los Ángeles, por fin encontró una dueña y un hogar que pueden darle todo el cariño que necesita. Si bien este es un final feliz, el comienzo no fue color de rosa.
El resultado de estar vagando tristemente por tanto tiempo sin un corte de cabello hizo que la sangre de su cuerpo no circulara y así se le cayeron dos de sus piernas, literalmente.
En todo ese tiempo sólo había sido cuidado por personas sin hogar y como ellos no tienen los recursos necesarios para atenderlo, no sabían que cada 4 a 6 semanas hay que cortarle el pelo a los perros.
Fue en febrero de este año que los rescatistas de Synergy Animal Rescue en San Diego, dedicados principalmente a los animales con necesidades especiales, lo acogieron para brindarle todo lo que necesitaba.
Después de un buen corte de cabello y limpieza, Bobb se veía como nuevo.
Al poco tiempo una familia se interesó por Bobb y gracias a que la directora Carla de Synergy voló hasta ellos, pudieron conocerlo. Pasó una semana en el veterinario para que lo revisaran y después de unos días ya estaba en su nuevo hogar junto a la familia que lo cuidaría temporalmente.
Posteriormente volvió por segunda vez al veterinario y parecía que un milagro había ocurrido porque ¡su piel estaba mejorando!
Como su nueva familia estaba planeando cambiarse al estado del Colorado le pidieron a Carla que cuidara nuevamente de él hasta que los planes estuviesen listos. No sería fácil pero mientras lo visitaban un par de veces, le expresaron a la directora de esa organización el deseo de tenerlo permanentemente. Durante el proceso de mudanza, Bobb continúo sanándose: corría, jugaba y se veía una impresionante mejoría en él.
Incluso tuvo tiempo para visitar a personas con necesidades especiales para difundir su mensaje de fortaleza, amor, compasión y comprensión.
Pero en mayo ocurrió algo inesperado, Bobb estaba en estado crítico después de tener absceso infeccioso en su boca, y casi muere. Por un momento todos estaban casi seguros que la triste historia de Bobb terminaría allí, pero como él es un luchador salió adelante.
Ya instalados en Colorado, Carla viajó con Bobb en sus brazos para entregarlo a su nueva familia adoptiva.
Él se acordaba perfectamente de los humanos que le tendieron una mano y estaba muy feliz de compartir nuevamente con ellos.
Desde entonces vive feliz junto a sus amigos huskies Kaytu y Denali, además de dos gatos que también pertenecen a los mismo dueños.
Gracias a los rescatistas, Carla y los veterinarios ,fue posible que Bobb tuviese una segunda oportunidad de vivir su vida de la mejor forma que podía: con una familia. Así dejó el dolor de lado y se concentró en vivir.
¿Ves lo feliz que es ahora?
Tiene amor, espacio para moverse y buena salud.
Sigue siendo una muestra de que todos siempre pueden salir adelante sin importar las condiciones de vida que uno tenga.
¡Qué alegría que su historia terminó perfectamente!
¿Verdad que es demasiado lindo ver que todos los animales son queridos de igual forma?