Adoptaron a todos sus hermanos, menos a él.
Esta es una de esas historias que nos confirma que cuando se trata del amor por una mascota, no hay límites posibles. No importa qué tan mal se porté tu mascota, qué tan molesta o desagradable sea, ni lo mucho que coma o defeque; tu mascota es tu mascota y debes defenderla siempre, y punto. Ni siquiera importa que por esas casualidades de la vida, sea el animal más feo del mundo, no digo que este gato lo sea, pero a ver…
Ehhhhh… igual, hay que decir que no es de los más lindos que uno haya visto. De seguro que no le deben llamar mucho para comerciales y ese tipo de cosas; pero…
Ok, ¡es horrible!
Aún así, este gato tiene un nombre, Possum, y merece todo tu respeto. Al menos, él tiene una mujer a su lado que sí lo quiere, y eso es suficiente. Su dueña se llama Stephanie y por alguna razón, no ha querido dar su apellido, ¿será acaso que no quiere se sepa? Mmm. lo dudo mucho, ya que al parecer, ella está enamorada de su gatito.
Possum, como bien podrán darse cuenta, es un gato bastante inusual, con la piel gris, parches de calvicie y una cola de… ¿rata?
Sin embargo, para Stephanie, Possum es perfecto. De hecho, ella piensa que es el gato más bello del mundo. Y bueno, el amor es ciego dicen por ahí.
De lo que sí estamos seguros es que al menos Possum es bello por dentro, y que con la historia de vida que tiene, es imposible no resultar atractivo.
Resulta que Possum era uno de los gatitos nacidos en el patio trasero de Stephanie. La madre era un gato salvaje que Stephanie encontró en la esquina de su trabajo, y que decidió llevarla a su hogar luego de verla embarazada. Stephanie hizo todo lo posible para cuidar de ella y posteriormente, de los recién nacidos.
Todos los gatitos eran “normales”, de pelo corto y piel entre gris y blanca. Por el contrario, Possum parecía una Zarigüeya, gris y completamente calva desde que nació; además, era por lejos el más enano de todos.
Para mucha gente, Possum tenía los genes recesivos de un lykoi o gato hombre lobo, pero eso nunca se ha podio comprobar.
Como Stephanie no podía hacerse cargo de todos los gatos, ella comenzó a venderlos o regalarlos. Al final, solo quedó un gato en su casa, a quien nadie lo quiso adoptar. Y sí, adivinen, era Possum.
Y así, mientras todos sus hermanos eran recibidos en grandes casas y se convertían en los nuevos integrantes de una familia, Possum estaba solo y la posibilidad de que este fuera a un refugio local en el sur de los EE.UU rondaba por la mente de Stephanie. El problema era que se trataba de un refugio donde a diario morían animales. Así que finalmente Stephanie meditó y decidió quedarse con Possum un rato más.
“Yo vivo en el sur de los EE.UU y existe una gran cantidad de gente de esta zona que no ve a los gatos como animales de compañía. He oído un montón de historias sobre personas que los utilizan como prácticas de tiro. He conocido a algunas personas muy horribles que acelerarían si ven un gato en la calle. mucha gente en esta área no quiere o no puede permitirse el lujo de esterilizar o castrar a lo que tenemos un problema enorme salvaje. con ella mirando la forma en que lo hace, simplemente no me siento al igual que su posibilidad de ser adoptada fue buena “.
– Stephanie, dueña de Possum-
En ese momento, Stephanie ya tenía dos gatos y no podía permitirse otro. Sin embargo, no pudo resistirse a los encantos (?) de Possum.
En un principio, los otros dos gatos no parecían confiar mucho en Posum, pero con el tiempo, este se los fue ganando.Tal como nos suele ocurrir a quienes somos feos, el único recurso de Posumm pasa por su simpatía.
“La primera vez que lo llevé a su veterinario para obtener sus vacunas ronroneó en cada uno de los pinchazos. Así como también ronroneó a través de la sonda de temperatura y todas las otras pruebas. El seguía tratando de subirse a los hombros de la tecnología en lugar de tratar de escapar. Me encanta su dulce personalidad. Nunca lo he visto enojado, incluso cuando le pongo esos ridículos sueteres navideños, él no parece quejarse.”
– Stephanie, dueña de Possum-