Su cruel dueño había intentado ahogarlo pero él luchó y logró esconderse hasta que alguien llegara a rescatarlo.
Cuando Bob Hoelter salió de su casa una fría noche de invierno a comprar comida en Griffith, Indiana, el mes pasado, jamás pensó que su decisión cambiaría por completo la vida de un animalito. “Normalmente conduzco hasta allá pero esa noche decidí que necesitaba hacer un poco de ejercicio”, le comentó a The Dodo.
Cuando cruzó el mismo puente de siempre, escuchó un ruido y se detuvo. Un llanto venía de abajo del puente. “Miraba el agua y la tierra, pero no veía nada, sólo escuchaba ruido. Camine un poco alrededor a ver si encontraba algo”.
El llanto continuó y se percató que venía de un oscuro pasaje abajo del puente. Se agachó cerca de la alcantarilla, iluminó hacia adentro con una linterna que llevaba y ahí vio, al fondo, un perrito temblando de miedo. No era todo, el pequeño tenía cinta adhesiva en su hocico, la cual era imposible de quitar.


Lo tomó y fueron de inmediato al hospital veterinario de Griffith. “Lo puse dentro de mi chaqueta, me paré y corrí”. Para su suerte, el lugar estaba abierto y una de las enfermeras se paró de inmediato a atenderlo.
Lori Kovacich, manager de la veterinaria, tomó al cachorro mientras Holter continuó su camino hacia la tienda, confiando plenamente en que los veterinarios harían su trabajo. Estaba desnutrido y su piel muy dañada, probablemente porque la tenía puesta hace días.


Le inyectaron antibióticos y cremas para el dolor, y le armaron una cama con frazadas y peluches.
Lamentablemente su sufrimiento no terminaba ahí. El cachorro tenía una pata quebrada. “En mis 30 años acá jamás pensé que vería algo así”. El pequeño llamó la atención de otros, especialmente de Mary Witting, quien junto a su esposo Doug, son clientes hace mucho tiempo.



Hace poco la pareja perdió a su amado perro y no planeaban adoptar otro pronto, pero este se ganó su corazón.
Los Wittings decidieron adoptarlo y llamarlo Louie.
Mientras, Kovacich quería contactarse con el héroe que rescató a Louie, y para su suerte, su sobrina vio el post que compartieron sobre Louie en Facebook y se lo mostró a Holter.



Lo fue a visitar antes de que se fuera a su nuevo hogar, y el pequeño Louie le demostró lo agradecido que estaba de que lo haya salvado.


“Pienso que Dios tiene un propósito para todos, si soy honesto. Todos debemos cumplir con algo. Creo que saldré a caminar con más frecuencia, aunque espero no encontrar más perros bajo ese puente”.