Por Camila Londoño
9 October, 2015

¿Quién necesita un bote si tiene a su madre?

El mundo entero está en deuda con John Griffith. Nos regaló a todos una imagen maravillosa. En Pueblo,  en Colorado, EE.UU, Griffith tuvo la oportunidad de capturar uno de esos momentos de la naturaleza que poco se repiten. Una escena que nunca o casi nunca tenemos la oportunidad de ver: una oso negra que nadaba por el río, llevaba a su pequeño cachorro en la espalda.

La escena no sólo es espectacular por el amor, el apoyo y el evidente instinto maternal de una madre con su hijo, también lo es porque el pequeño y su gran madre, están libres, están tranquilos, están los dos viviendo el momento de forma natural. Además, es absolutamente tierno pensar que ese pequeño está (probablemente) teniendo una de sus primeras lecciones de natación.

Rara vez llegamos a ver animales bebé aprendiendo en medio de la vida salvaje, pero cuando lo hacemos, es más que asombroso.

¡Gracias John Griffith!

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