Tiene hermanos gatos y perros y aunque a ellos los asusta, él ama jugar con ellos.
Los loros son animales de muy fácil adaptación a los seres humanos. Es más, son conocidos por imitar las voces de sus dueños y repetir uno que otro garabato. Eso, porque ya están amansados y además como son muy sociables dentro de su especie, suelen repetir sonidos para comunicarse.
Por eso no les cuesta tanto aprender… pero no tienen la capacidad de mantener una conversación.
Lo cierto, es que son muy amigables y extrovertidos.
Bien lo sabe esta mujer, que luego de rescatar a uno de ellos, se convirtió en uno más de sus “hijos” animales.
Resulta que un día, una vecina encontró a un loro en el frente de su jardín muy herido. Le faltaban las plumas de la cola y tenía sus patas heridas, pues probablemente había sido atacado por cuervos y necesitaba que alguien lo cuidara. Pero la mujer debía irse a trabajar y no podría hacerse cargo. Por eso su actual “mamá”, llamada Katie, lo aceptó en casa.
Aunque ella creía que tal vez le tomaría tiempo adaptarse, rápidamente el ave se entusiasmó con sus otras mascotas y pasó a ser un integrante más de la casa.
Ahora Arcoíris, como lo nombró por sus hermosos colores, adora jugar con ellos y quitarle la pelota al gato.
Este tipo de loros son considerados plaga en Australia, así que se permite que los maten, o los entreguen a alguien que quiera hacerse cargo. Y Katie, por supuesto… optó por lo último.
Hoy tiene una jaula enorme con un montón de pájaros rescatados que la gente le pide que los cuide. Así, tal como ella los ha salvado, ellos también la ayudaron a ella a superar su depresión.