La verdad incómoda de estos lugares.
La última alternativa de muchas personas que por diversas circunstancias no pueden seguir viviendo con su mascota es dejar a los animales a su suerte en refugios, o perreras. Aparentemente, es mejor que sencillamente abandonarlos en la calle; sin embargo, debido a la gran cantidad de ejemplares que deben acoger, es usual que la fecha de su sacrificio se pacte desde el momento de su ingreso.
No todos los perros corren con la misma suerte.
Es usual que los cachorros pasen poco tiempo allí, pues son bastante apetecidos por las personas interesadas en adoptar un perro.
Pero las expectativas de conseguir un nuevo hogar se reducen a medida que su edad avanza.
Y otros factores pueden jugar en su contra, como lo es el padecimiento de enfermedades o trastornos en su comportamiento…
… que en muchas ocasiones son adquiridos en la perrera.
En Estados Unidos las cifras son abrumadoras:
Según la American Society for the Prevention of Cruelty to Animals 7.6 millones de mascotas ingresan anualmente a un refugio.
Sólo 2.7 millones son adoptadas.
Y, aproximadamente, 1.2 millones de perros son sacrificados en las perreras de Estados Unidos cada año.
Así que realmente las perreras deberían ser la última opción.