La naturaleza es capaz de hacer cosas asombrosas
Si alguien te hablase de un reactor nuclear que lleva activo más de 2.000 millones de años pensarías que es una broma. O como mucho una leyenda urbana. Pero algo hay de cierto en el asunto. Nos puede parecer un disparate, pero eso se debe a que pensamos en un reactor como algo hecho por el hombre. Pero en Gabón, África, han encontrado un yacimiento natural de uranio en un área rocosa con unas condiciones que pueden ser las indicadas para dar lugar a reacciones nucleares.
Google Maps
Mientras que la primera vez que el ser humano pudo obtener electricidad de la energía nuclear en 1952, en esta zona se podría haber estado generando energía nuclear durante 2.000 millones de años. ¿Es posible que se produzca una reacción nuclear en la naturaleza por accidente? Es muy poco probable, pero no imposible.
Cuando se descubrió este yacimiento, en 1972, analizaron el contenido de uranio. Sin intención de aburrirles, les contaré que el mineral de uranio generalmente está compuesto de tres isótopos diferentes: uranio 238, uranio 234 y uranio 235. Este último es el que es capaz de generar reacciones nucleares en cadena. En este yacimiento, el uranio tenía una concentración más baja de uranio 235 de lo habitual. Eso se debe a que se había producido un fenómeno de fisión nuclear.
Fuente
No dejen de leer que ya termino con la parte complicada. La fisión nuclear, explicada de forma sencilla, se produce cuando un átomo se divide en átomos más pequeños liberando energía en el proceso (si quieres aprender un poco más de la fisión pincha aquí). La presencia de agua en el yacimiento hizo el resto para que las condiciones se diesen para completar el proceso. La pérdida de Uranio 235 que encontraron durante la exploración se debió a que durante años los átomos se habían estado fisionando sin que nadie lo supiese.
Fuente
Un descubrimiento de lo más curioso. Aunque nos creamos los dueños y señores del mundo, fenómenos que nos costó siglos conseguir de forma artificial ya los llevaba a cabo mamá naturaleza sin que nos diésemos cuenta.