Káiser, como fue llamado el peludo, pudo ser rescatado a tiempo luego de ser dejado sin la posibilidad siquiera de escapar. Dos meses después, encontró una nueva familia y es muy feliz.
La peor sensación que puede sentir un perro es cuando lo dejan abandonado. Hacer esto es solo de personas despiadadas, además de ser un acto criminal, porque están condenando al animal a una muerte casi segura. Así le sucedió a un peludo, que estuvo cerca de morir por el mal actuar de una persona sin corazón.
Káiser, como se llama este pitbull, de Lanús, en Buenos Aires, Argentina, quedó en el abandono y en un estado deplorable: herido y con gusanos. Afortunadamente lo encontraron a tiempo, porque sino, el destino sería otro.
Se necesitó de una amoladora para poder rescatarlo, debido a que se encontraba sujeto con una cadena a una ventana, solo. Alguien se comunicó con los activistas de la página en Facebook Voluntariado de Lanús, para que le echaran una mano.
“El mensaje decía que había un perro en muy mal estado encadenado a una ventana”, dijo Myriam Otrellado, voluntaria de Zoonosis Lanús y fundadora de la ONG Animales del Sur, en conversación con Clarín.
“Cuando entramos con mi amigo el perro se pudo incorporar con las pocas fuerzas que le quedaban y nos movió la cola. Tenía la cadena incrustada en el cuello, al menos (de) unos 10 centímetros y estaba lleno de moscas alrededor. No tenía ni agua para tomar”, agregó Myriam.
La cadena literalmente lo estaba matando. Por eso actuaron rápido para cortarla con esta herramienta y lograron ayudarlo a liberarse. Al peludo apenas le quedaban energías, por el estado crítico en el que estaba.
“Apenas pudimos liberar a Káiser corrimos a la veterinaria donde le hicieron las primeras curaciones. El cuello estaba lleno de gusanos y no se podía parar por la desnutrición”, dice Myriam. Era alrededor de 500 gusanos en el cuello del pobre.
Esto sucedió a mediados de marzo, cuando el perro comenzó su proceso de recuperación. Sin embargo, no pudo encontrar hogar para ese momento, debido a que comenzó a regir la cuarentena por la pandemia de COVID-19 en Argentina. Fue un proceso largo y duro para poder levantarse de nuevo.
“Todos los días los voluntarios le realizaban las curaciones. La verdad es que la recuperación fue increíble. En un mes la herida le sanó muchísimo y engordó siete kilos”, afirmó Myriam.
Cuando empezó a estar mejor era hora de su proceso de adopción. Ser de raza pitbull, no lo ayudaba, debido a la fama que tienen estos perros de presuntamente ser agresivos, aunque en el fondo solo quieran un poco de amor, como cualquier otra mascota. Ahí comenzaron a buscar candidatos para adoptar a Káiser.
“Nosotros primero le hacemos un cuestionario a quien se postula como adoptante, para evaluarlo. Y también vamos a conocer el lugar donde estaría, para ver que las condiciones sean adecuadas”. Y así, dos meses después de su rescate, el peludo encontró un hogar.
La adopción de Káiser fue muy especial. Pegó onda con Matías (su nuevo dueño) desde el momento cero”, comentó Myriam.
Este joven de 25 años tuvo química desde el principio con Káiser. El peludo tuvo la oportunidad de empezar una nueva vida y no va a desaprovecharlo. Matías se mantiene en contacto con lso rescatistas para actualizar la información sobre el perro. Myriam insistió en que estas historias deben repetirse.