Luego de que 1.000 toneladas de crudo de un buque encallado se derramara en sus costas, han encontrado una extraña forma de limpiar el desastre ocasionado.
Una de las amenazas constantes que debe enfrentar el medio ambiente son los derrames petroleros producidos por la negligencia de quienes operan con este hidrocarburo. No siempre se toman las medidas necesarias para evitar un desastre de esta naturaleza y pagan las consecuencias los inocentes en el asunto: la fauna marina y las poblaciones aledañas.
Una tragedia ecológica como esta ocurrió en la isla Mauricio, en África oriental, luego de que un buque japonés encallara en la costa Pointe d’Esny, donde se encuentra un santuario de rara vida silvestre y de humedales de importancia internacional, de acuerdo a BBC.

Ante esta emergencia, los habitantes de esta isla famosa por sus arrecifes coralinos y atractivos turísticos, han decidido tomar con sus propias manos el asunto, para no poner en riesgo su hábitat e incluso su economía.

Los métodos que están implementado quizás sean los más extraños escuchados en este tipo de casos. Según reseñó este medio, los locales, con la intención de crear barreras absorbentes para detener el flujo de petróleo, están recolectando bolsas entretejidas que rellenan con paja, caña e incluso cabello humano.

El punto más raro de esto es el uso de pelo humano, el cual según BBC, no absorbe el agua, pero cuando se trata de aceites, como el petróleo, sí. Después de todo, no era una idea tan descabelladas para los residentes de este país, por lo cual se espera que muchos se sumen a entregar su cabello para garantizar una solución al problema.


De acuerdo a los reportes, el barco contenía unas 4.000 toneladas de crudo, de las cuales 1.000 cayeron en las aguas de esta isla. El primer ministro, Pravind Jugnauth, declaró el estado de emergencia ante esta situación y pidió la ayuda de Francia, antiguo ocupador colonial, para ayudar en la limpieza del petróleo derramado.