Mark Sheriff se encontró con este marsupial luego de nadar a altas horas de la noche. Tras llamarlo “Pat”, lo liberó en los matorrales que estaban cerca.
Australia es un país increíble en cuanto a naturaleza se trata. Sin importar la región o isla que sea, la cantidad de diferentes especies de animales y de vegetación que uno puede hallar, difícilmente tiene comparación. Además de que estas son únicas en el mundo, no pudiéndose observar una fauna y flora como la que hay en este país en otro rincón del planeta. Nación que, entre otros animales, destaca por sus marsupiales, siendo uno de los favoritos de los lugareños y de los turistas, los koalas. Consumidores de hojas de eucalipto que tienen una apariencia que a muchos enternece.

A pesar de ser una especie catalogada como vulnerable, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, debido a la depredación de su hábitat, causada por la agricultura y la urbanización, todavía es un marsupial que se puede observar sin mucha dificultad en algunos sectores de Australia. Como ocurrió con el antiguo farero de la costa norte de Nueva Gales del Sur, Mark Sheriff, quien después de regresar de un baño nocturno en el mar, vio como un koala intentaba ingresar al faro como si se tratara de un ladrón ingresando a una propiedad ajena.
“Miré hacia arriba y él había subido hasta bien arriba (…) Lo agarré y ambos estábamos un poco asustados, solo necesitábamos calmarnos, encontrar un lugar tranquilo”
– dijo Mark Sheriff a ABC.

Después de apresurarse de subir a unas escaleras donde se encontraba la gigantesca linterna del faro y dar con el marsupial para sostenerlo en sus brazos, le agarró tanto cariño a primera vista, que decidió ponerle un nombre. Lo llamó Pat, en honor a su madre, koala que tras ese tenso momento se calmó, para así ponerle fin a su aventura nocturna. Y luego de amistarse con este marsupial unos minutos, decidió ponerlo a salvo en el suelo, cerca de unos matorrales, para que volviera a su hábitat natural.
“Tan pronto como me acerqué a los árboles grandes, solo gruñó y pude sentir su bola de energía y simplemente lo dejé ir. Eso fue todo”
– conto Mark.
