Matías Andaur dejó que su tía fuera con su perrita Luna a una academia de peluquería canina. Sin embargo, cuando terminó la clase, soltaron a la perrita y esta saltó por la ventana que se encontraba abierta.
Cada oficio y cada trabajo demanda un responsabilidad diferente, pero aquellos que están relacionados con seres vivos deben tener una exigencia superior, porque alguna negligencia u error por no ser un verdadero profesional, puede costar una la vida.
Es por ello que, por ejemplo, los profesionales del mundo veterinario u sus similares, que deben tratar con animales en su día a día, deben contar con la preparación correcta para no exponer a una mascota a daños. Esto queda demostrado cada vez que algún peludo debe pagar con su integridad la irresponsabilidad de otros.
Así sucedió con el caso de Luna, una perrita que perdió la vida en la ciudad de Santiago, capital de Chile, luego de que fuera llevada hasta una academia de peluquería canina. De acuerdo a lo informado por el medio local Chilevisión, la peluda cayó desde un piso 11 producto de la negligencia de quienes la cuidaban.
Su dueño, Matías Andaur, denunció que la academia conocida como Golden Team son los culpables de la muerte de su mascota, debido a que no contaban con las medidas de seguridad adecuadas para prevenir que un evento como este ocurriera.
Llevaron a esta perrita al lugar para que la utilizaran como modelo al momento de practicar el corte de pelo en canes. Era la tía de Matías quien estaba cursando clases en esta academia y necesitaba cortarle el pelo a un perro para que le diera el certificado, por lo cual fue con Luna como acompañante, pero nadie esperaba este desenlace.
“Un alumno le dijo a mi tía que soltara a la perra, porque ya habían terminado no era necesario tenerla amarrada. Antes de esto, una alumna había pedido abrir la ventana con autorización de la supervisora. Mi tía cuando está guardando sus implementos, se da media vuelta y cuando va a ver a Luna, ella saltó”, contó Matías.
Lo que resulta impresionante es que si se trata de un lugar en el que tratan con animales a diario, no tienen alguna malla protectora en las ventanas para evitar este tipo de sucesos. Sin embargo, esta peluquería canino no asumió la responsabilidad.
“Por parte de la academia trataron de culpar a mi tía y al alumno, de que habían sido los responsables del accidente. El responsable es el profesor porque es quien estudió y se preparó, acá no se respetaron protocolos“, dijo Matías.