Para la organización Hope for Paws, de Los Ángeles, Estados Unidos, suele ser común recibir denuncias de maltrato animal para que acudan a su rescate. Si no, como parte de su rutina, revisan calles en busca de mascotas perdidas o abandonadas y así llevarlas a refugios y brindarles todo el amor y cuidado que necesitan.
Pero en esta oportunidad, recibieron una llamada que los dejó impactados. La voz femenina del otro lado del teléfono les decía que era una urgencia, pues había visto cómo un hombre había tomado a un pequeño perro callejero, le cortó una de sus patas y después arrojó al animal a un canal de más de 10 metros de profundidad.
Hope For Paws
Tras oír tan terrible relato, el equipo de rescatistas fue de inmediato a ver qué sucedía.
Al llegar, el horror de la llamada se hizo real. En medio del canal, sobre un trozo de basura estaba el indefenso perrito, temblando de frío, miedo y sin una de sus patitas traseras. Cuando el equipo se acercó, el animalito intentaba gruñirles -con la poca fuerza que le quedaba- para alejarlos, pues el dolor que tenía era demasiado y ya no confiaba para nada en las personas. No al menos después de lo que le hicieron.
Sin embargo, como estaba tan indefenso, uno de los rescatistas logró tomarlo en sus brazos y lo llevó hasta una cesta con la que pretendían subirlo del canal. De esta forma, concretaron el rescate en medio de los gemidos de dolor del cachorro.
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Una vez rescatado, lo llevaron a un veterinario de emergencia para que lo asistieran de inmediato, pues según la mujer que denunció el caso, el perro llevaba mucho tiempo allí.
Tras las primeras inspecciones, los especialistas identificaron una infección en “Jordan”, como fue nombrado el perrito, y comenzaron el tratamiento de inmediato. Además le pusieron una vía intravenosa para administrarle suero, porque debía ganar fuerzas para entrar a pabellón y resistir la amputación de lo que quedaba de su patita.
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Finalmente, el perrito soportó la operación y superó los traumas. Fue adoptado por una familia que lo ama y allí recibió terapias y todos los cuidados necesarios. Ahora recuperó la confianza, está sano y feliz. Además disfruta compartiendo con sus otros hermanos de cuatro patas e incluso nada ocasionalmente en la piscina.
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