Odín no tenía con quién más quedarse porque la madre de su difunto dueño estaba deteriorada de salud. Ahí apareció Natalia Brandão Camacho, quien lo conoció a través de Facebook y se enamoró.
Los perritos pueden extraviarse por diversas razones. Hay veces en que no necesariamente es responsabilidad del dueño, sino que es por situaciones desafortunadas y difíciles de preveer, como lo son los accidentes.
Odín es un can que a su corta edad ha tenido que vivir momentos muy duros en su vida. Según información de Diario Do Río Claro, vivía solo con su dueño, el comerciante João Júlio Ferreira Carreira Batista quien lamentablemente tuvo un accidente fatal.

El hombre de 31 años, proveniente de Sao Paulo, Brasil, viajaba en su coche para reunirse con sus amigos y se estrelló contra la estructura de un restaurante.
El perrito quedó solo, ya que era su único dueño y la madre de João no podía quedarse con él porque tenía problemas a su salud. Como ningún miembro familiar podía cuidarlo decidieron hacer una campaña en Facebook.

Los usuarios de las redes sociales se conmovieron con la cruda historia del perrito, quien quedó sin su cuidador de un día para otro. Esta campaña se difundió tanto que llegó hasta la profesora de Educación Física, Natalia Brandão Camacho, que se enamoró de Odín.
“Lo vimos en Internet, organizamos nuestra reunión el viernes por la tarde y teníamos muchas ganas de conocerlo. Fue una mezcla de sentimientos y reacciones al verlo. Empecé a llorar. Se sentía como si estuviera sintiendo el dolor que él estaba sintiendo. En consecuencia, todos se emocionaron“, contó Natalia.

Ella sabía que el perrito necesitaba mucho amor porque había perdido a su dueño, por lo que estaba dispuesta a hacer lo que fuera por darle una buena vida.
“Su inocencia y sensibilidad traen consigo una facilidad para adaptarse a los cambios, pero también para sentirlos intensamente. Y el hecho de que Odín perdiera un amigo y no consiguiera un nuevo hogar, nos puso muy sensibles“, agregó.

Desde ese momento Odín sabía que podía contar con un nuevo hogar, al que además se sumaron otros dos perritos: Treta y Joca. “Se están adaptando como un todo y convirtiéndose en un equipo lleno de amor, cariño y ladridos (…) Merece convertir esta tristeza en alegría“, cerró.