Por ley, no pueden expulsarlo.
Los mapaches son conocidos por ser un tanto descarados al momento de cumplir sus cometidos. Entran a las casas de las personas como si fuesen suyas, roban comida como si ellos mismos la hubiesen preparado, y merodean por los basureros y parques como cualquier otro ciudadano. Así que cuando este mapache llegó al zoológico de Berlín y no quería irse, los trabajadores no tuvieron más opción que hacerlo parte de la familia.
El mapache, a quien han nombrado Fred, habría llegado el pasado viernes al zoológico Heidelberg para compartir con los otros siete de su especie que allí residen.
Nada tonto fue Fred, quien una vez adentro no podía ser expulsado del recinto pues las reglas de la Unión Europea impiden que un animal salvaje sea liberado una vez que han sido mantenidos en cautiverio.
“Fred llegó a nosotros y se acostumbró a la buena vida del zoológico”, dijo uno de los trabajadores, Rhein-Neckar-Zeitung, a Inside Edition.
Sin embargo no todo es buena vida para Fred. Por ser considerados una especie invasora en Europa, tendrá que ser castrado para controlar la plaga y así evitar que otras especies sufran por su gran población.
Así que aunque Fred no vaya a disfrutar de los beneficios de ser padre, al menos podrá ver el cielo a diario y recibir alimento sin miedo a ser aniquilado.