Dimitra Andreou solía trabajar en un banco, pero encontró la felicidad en cuidar perritos. Dedica su vida a ellos.
Dimitra Andreou, de 37 años, dejó su trabajo en el Reino Unido para mudarse a Larnaca en Chipre con su familia y ayudar en el negocio de su esposo. Llevaba una vida muy tranquila en la isla mediterránea hasta que terminó criando docenas de perros callejeros. Ya no tenía serenidad, pero sí mucha felicidad.
Su plan inicial era abrir un hotel para perros para obtener ingresos adicionales, pero Andreou no podía soportar la idea de dejar a los animales “morir de hambre” y finalmente abrió su propio refugio llamado Doggie Warriors.
“Cuando me mudé a Chipre por primera vez, me sentí extremadamente molesta cada vez que pasaba junto a un perro callejero que ni siquiera tenía una gota de agua. He visto perros viviendo en condiciones horrendas, encerrados en pequeñas jaulas cubiertas de excrementos y agua sucia”, dijo Dimitra a Metro UK.
“No es más fácil ver perros con piel y huesos todos los días y con miedo a todo y a cualquier cosa. Tenemos perros cubiertos de garrapatas y pulgas, pero es más molesto ver a los que sufren mentalmente”, agregó.
Para Dimitra la satisfacción de verlos confiar en ella y su equipo es lo que la mantiene en pie. Pero para lograr ese sueño debió dejar atrás toda su vida anterior.
“Antes de mudarme a Chipre, trabajaba a tiempo completo y era el tipo de mujer que se hacía las uñas y se maquillaba, pero ahora la mitad del tiempo estoy cubierta de excremento de perro”, contó.
“Nunca pensé que invertiría todo mi tiempo y dinero en cuidar y volver a alojar a los perros, pero es lo mejor que he hecho”, continuó.
El refugio depende de donaciones, pero nunca es suficiente, siempre hay necesidades que cubrir: costos, facturas veterinarias y alimentos para los perros.
Desde enero, Doggie Warriors ha encontrado a 52 perros un hogar, algunos de los cuales han sido trasladados a Europa y el Reino Unido para conocer a sus nuevos dueños.