Stephanie Shy está orgullosa de su decisión, porque ahora puede ver muy alegre a su perrito ya sano, aunque haya perdido un ojo en el proceso. “Estoy muy contenta de no haber escuchado nada de eso porque ahora está muy feliz”, dijo.
El amor que siente un dueño con su perro es inexplicable, porque estos peludos se vuelven verdaderos mejores amigos en la vida de sus familias, por lo cual terminan siendo como un integrante más del hogar, tan valioso como cualquier otro.
Es por ello que sus cuidadores harán todo lo posible para mantenerlos sanos y contentos, pero también sabrán entender los momentos duros que puedan enfrente y es ahí cuando deben estar junto a sus mascotas de forma incondicional.

Eso lo sabe muy bien Stephanie Shy, la madre humana de Flynn, un perrito de raza basset hound de 8 años de edad, el cual fue diagnosticado con distintas enfermedades graves, como lo es la parálisis y el cáncer. Sin embargo, por más complicado que fue el escenario, siempre se mantuvieron juntos en equipo para hacerle frente a la adversidad.
A pesar de que ha sufrido mucho e incluso su aspecto cambió mucho, porque tuvo que perder un ojo en el proceso, este canino de Colorado, Estados Unidos, se ha mantenido alegre y firme. Algo que lo ayudó fue que su madre siempre estuvo a su lado.
“Me decían que tu perro está sufriendo, que deberías sacrificarlo, como si no valiera la pena. Estoy muy contenta de no haber escuchado nada de eso porque ahora está muy feliz”, contó Shy en conversación con Newsweek.

El primero de sus padecimientos fue cuando el canino se cayó de la cama de su madre y se golpeó la espalda. Esto lo produjo una parálisis que necesitó de una cirugía para reparar el daño y retomara su movilidad. Lo peor vino cuando le diagnosticaron cáncer, luego de que se le presentara un bulto en la cara.
“El bulto siempre estuvo ahí, pero era pequeño, incluso lo hice probar y dijeron que no debería haber nada de qué preocuparse. Pero luego, dentro de un mes, se hizo tan grande que parecía que estaba cubriendo la mitad de sus ojos. Así que lo examinaron y resultó ser cáncer de glándula salival“, recordó.
Fue con una cirugía que le extirparon la mayoría del tumor, pero lastimosamente aún quedaba una parte en uno de sus ojos y tuvieron que retirarle ese globo ocular para prevenir que el cáncer no se esparciera por el resto del cuerpo.
“Antes de la cirugía me dijeron que podría haber una posibilidad de que le quitaran el ojo, y les dije que sabían que correría ese riesgo“, relató.
