Son igual de fieles que los perros. Si se te pierde algo, ellos te lo traerán.
Relacionamos a los cuervos con el mal y la muerte, pero si los tratas bien pueden ser grandes amigos, como cualquier otro tipo de mascota. Gabi Mann, de 8 años, mantiene una linda relación con esta especie y ha recibido grandes retribuciones.
Esta niña empezó a alimentarlos en el patio de su familia y ahora siempre recibe regalos por parte de ellos.
Agradecida, Gabi guarda cada uno de los presentes en una caja con sus correspondientes etiquetas, detallando la hora de la entrega y la fecha.
Ha recibido piezas de lego, botones, clips, espuma, pero su favorito es un corazón color perla. “Me están mostrando cuánto me aman”, dice, según consigna BBC.
Gabi desarrolló el vínculo por accidente cuando un día se le cayó un pedazo de nuggets y vio que estos estaban hambrientos. Fue así como las aves empezaron a esperarla todos los días en la parada del bus escolar.
En 2013, Gabi y su madre empezaron a ofrecerle comida como un hábito y lo hacen en su propio patio trasero. Con el tiempo, los cuervos empezaron a traer regalos.
No todos los presentes son bonitos. “Para algunas personas, sus regalos son bebés muertos de aves que los cuervos traen”, explica John Marzluff, profesor de vida salvaje de la Universidad de Washington.
En el caso de esta niña, le ha tocado encontrase con una pata podrida de cangrejo. Aunque los buenos superan los malos, como por ejemplo el lente de su cámara.
Lo había perdido en un callejón cerca de casa. Antes de volver por ella, se dio cuenta que ya estaba al borde del baño para pájaros de su casa.
Para comprobar que fueron los cuervos quienes la trajeron, revisaron las cámaras de aves y, efectivamente, había sido uno de ellos.