Y aunque no daba más de cansancio, no quiso separarse de él.
Cuando adoptamos una mascota, rápidamente comenzamos a establecer una fuerte relación. Ellos se sienten protegidos y entienden que ahora son parte de una familia, así que se vuelven fieles y jamás querrán estar lejos de esa persona que tan felices los hace.
Pero a veces ocurren ciertas situaciones que podrían complicar las cosas… como una enfermedad que obligue visitar al veterinario y quedar internado.
Tal como ocurrió con este perrito, que enfermó y debió ser operado de urgencia. Y si bien todo salió como esperaban y la recuperación debía pasarla en el veterinario, su hermano pequeño y mejor amigo se negó a ir a casa y volver al día siguiente por él.
Tenía claro que su perro estaría asustado si no tenía a nadie conocido a su lado y decidió pasar la noche acompañándolo. Aunque por lo visto no resistió el cansancio y se durmió en la silla cerca del mesón donde descansaba su mascota… pero nada importaba si estaban los dos juntos.
Al menos así se puede ver en la imagen compartida en redes sociales por la Revista y Editorial Sudestada, con un mensaje tan certero, que emociona:
Quizá haya gente que no conozca en profundidad lo que significa ser pibe y tener una mascota. Quizá haya alguno por ahí que no sepa bien qué significa quedarse toda la noche en vela en una veterinaria porque a tu perro lo operan y tiene miedo y está asustado. Quizá haya quién nunca descubra el cariño que hay detrás de esta foto, el amor por el compañero de andanzas, la lealtad hacia otro ser vivo que es casi parte de uno mismo. Al que no hay que explicarle nada, definitivamente, es al pibe de la foto. Ese pibe entendió todo: la certeza de que hay momentos en que hay que bancar. Así de simple. Así de complejo. Así de humano.
Y tú, ¿conoces ese tipo de amor?