Bao Di y Bao Mei son dos pandas de 18 años que por primera vez vieron la nieve. Fascinados con lo que ocurría una vez despertaron, comenzaron a jugar y a revolcarse en ella. También invitaron a su madre a unirse, quien aprendió de la curiosidad de ambos.
Dependiendo de donde uno viva, quizás tenga mayor o menor acceso a ciertos paisajes o climas. De seguro muchos recordarán la primera vez que vieron nevar o la primera vez que vieron el mar. La cuestión es, que así como seres humanos nos sorprendemos de lo que nos entrega el planeta, también los animales, y unos pandas de un zoológico belga nos lo demuestran, informa el Daily Mail.
Sus nombres son Bao Di y Bao Mei, dos pandas de 18 meses de edad que nacieron en el zoológico de Pairi Daiza. Esta semana conquistaron aún más los corazones de los cuidadores y visitantes del recinto, cuando al despertar, se encontraran con la nieve cayendo del cielo hacia sus rostros, pues en vez de asustarse o sentirse amenazados por el frío, se abrazaron a ella y comenzaron a jugar.
Su madre, Hao Hao, al ver la alegría de sus hijos, se unió a remolcarse sobre la nieve, y si bien parecía menos curiosa en un principio, a medida que paseaban juntos los tres, tomaba la nieve incluso para probarla.
Pero Bao Di y Bao Mei fueron sin duda los más felices de todo el zoológico. Recorrían su espacio, se subían a los juegos y a las ramas. De cierta manera era como si la nieve les hubiera dado energías ante la emoción de verla.
El guardián de los pandas en el zoológico de Pairi Daiza, Yang Liu, dijo que, debido a que la especie vive naturalmente en montañas donde en invierno llegan a tener fuertes ventiscas, el pelaje de los pandas estaba preparado para este clima, eso explicaría porque se sentían tan a gusto remolcándose en la nieve.