El sujeto saludó a Orville en la parada de San Luis, Misuri (EE.UU) sin imaginar que él iría tras suyo, dándose cuenta recién en su hogar.
Quienes se declaren como amantes de los animales, probablemente les ha pasado que van caminando por la calle y ven a un perrito sin hogar rondando o descansando cerca, y no se resisten a acariciarlo, darle algo de comer o simplemente saludarlo.
Tras esto, lo más común es que el can permanezca en su sitio o nos siga, y muy raras veces que llegue a nuestras casas ¿cierto? a no ser que lo hayamos adoptado pero también puede ocurrir si no fue así.
Al menos esto es algo que le ocurrió a un hombre de San Luis, Misuri (Estados Unidos) que cuando se estaba bajando del autobús se encontró con un perrito que nunca antes había visto sentado en la parada, por lo que lo saludó y luego siguió su camino a casa.
Y cuando entró a su hogar, se dio cuenta de que el can lo había seguido.
El hombre notó la presencia del perrito y lo acogió, aunque no podía adoptarlo por lo que llamó a las rescatistas Donna Lochmann y Natalie para que ayudaran a la dulce visita.
“Este perro simplemente lo siguió a casa. Así que lo puso en su patio trasero para contenerlo, y luego nos llamó”, detalló a The Dodo Donna, quien es directora de salvamento del refugio Stray Rescue of St. Louis (SRSL).
Tanto Donna como Natalie esperaban que el perrito estuviera asustado e intentara defenderse, por lo que se prepararon para un rescate difícil que al final fue todo lo contrario.
“Fue un amor absoluto de perro desde el principio. Pudimos atarlo de inmediato, y se fue directamente con nosotras”, contó Donna al medio. Lo nombraron Orville, y al parecer solo quería ir con alguien que lo quisiera, hasta se sentó en el asiento delantero en el auto.
“Pasó cerca de Natalie y de mí la mayor parte del camino de regreso. Era solo un chico feliz”, dijo Donna al sitio.
La alegría de Orville era algo tan grande que ni cuando llegó al veterinario desapareció, y eso ya es algo único. “En el momento en que llevamos a Orville a la clínica, se subió al regazo de Molly. Es más que adorable, y estamos muy felices de que esté aquí para obtener la ayuda que necesita”, escribió SRSL en Facebook.
Los nuevo amigos de Orville trataron sus heridas, lo alimentaron y lo acogieron en su perrera. Intentaron averiguar sus orígenes pero no hubo éxito, lo único seguro es que estaba muy feliz de que alguien le prestara atención y cuidara.
“Era un perro súper amable y agradecido desde el principio”, dijo Donna a The Dodo.
Desde entonces lo han ayudado a encontrar un hogar temporal o definitivo para que sepa (o recuerde) lo que es vivir en familia. Y aunque ninguna persona se ha mostrado interesada en recibirlo, sus cuidadores no se desaniman y saben que tarde o temprano alguien lo hará. Mientras tanto, ellos disfrutan de su dulce compañía.