Petey había quedado relegado en su refugio porque siempre preferían a perritos pequeños, por lo que tuvo que esperar un año para encontrar su familia perfecta. Aunque después de todo y con lo feliz que se ve, podemos pensar que la espera valió la pena.
Que los refugios casi siempre estén llenos es algo normal, ya que las fundaciones de rescate intentan ayudar a todos los animalitos posibles y darles todos los cuidados antes de que encuentren su familia por siempre. No obstante, esto también produce que algunos, por su aspecto tierno o por ser de tamaño pequeño, se vean beneficiados.
Lo que, al mismo tiempo, genera que los animales más grandes o de razas «peligrosas», vayan quedando en el olvido a medida que pasa el tiempo. Lamentablemente, eso fue lo que le pasó a Petey, un perrito que llegó a un refugio y un año después, seguía sin encontrar familia pese a su dulce carácter.

Los trabajadores del refugio captaron esto, por lo que pidieron ayuda a la SPCA del condado de Wake, una fundación de rescate con más alcance que ellos, quienes se lo llevaron para intentar con mayor ahínco que encontrara un hogar.
«Fue super amable desde el primer día y muy juguetón. No podíamos creer que nadie lo quisiera«, comentó la portavoz del SPCA, Samantha Ranlet. Así que enseguida compartieron una imagen de Petey en sus redes sociales, lo que rápidamente generó que muchas personas se interesaran por él.

Con eso, bastaron solo unas semanas para que el tierno can encontrara una nueva familia, quienes pronto se enamoraron de su personalidad y supieron que era lo que necesitaban en sus vidas.
Petey rápidamente se acostumbró al calor de un hogar y ahora ya no duerme solo en una jaula, sino con una sonrisa en su rostro y con su propia camita, sabiendo que ya nunca más tendrá que estar alerta porque su familia siempre estará ahí para él.

«Esta adopción derritió nuestros corazones. Esa es la sonrisa de un perro que sabe que está en casa«, escribió la SPCA en Facebook.