Cuando Binky fue rescatado tenía el pelo tan enmarañado que estaba irreconocible. Al reencontrarse con sus dueños, ellos pensaron que se trataba de un sueño.
Ciertos perritos tienen la mala fortuna de alejarse tanto de sus casas que luego no saben cómo volver. Hay algunos que conocen la ruta de vuelta, pero otros terminan deambulando por el resto de sus vidas en la calle.
Esto puede ocasionar una angustia muy profunda para sus familiares, quienes de inmediato temen lo peor: que nunca más su querido peludito aparezca.

Así fue como, según información de The Dodo, lo vivió una familia con su perrito Binky de 15 años, quien hace 3 años salió por la puerta principal de la casa mientras se mudaban y nunca más apareció.
Sus dueños creían que no volvería a su casa, a pesar de haber iniciado de inmediato una campaña de búsqueda exhaustiva.

La familia lo buscó por todo el sector pero como tenían que mudarse tuvieron que suspender la búsqueda. De esta forma, se tuvieron que resignar con esperar la llamada de alguien que lo encontrara, ya que el can contaba con un microchip.
Cuando pasaron los años y las esperanzas se fueron desvaneciendo, llegó una llamada milagrosa desde Dorchester Paws. Esta organización, dirigida por April Howard, descubrió al perrito en Carolina del Sur, a muchos kilómetros de distancia de su natal Georgia, en Estados Unidos.

«Binky fue encontrado deambulando en un vecindario. Su pelaje estaba tan enmarañado por todas partes, especialmente en sus ojos. Era difícil saber si tenía ojos. Sus uñas estaban tan grandes que se enroscaron, olía horrible y sus dientes se estaban pudriendo«, contó April.
La veterinaria del refugio se puso en acción y comenzó a darle medicamentos, a bañarlo y también a cortarle el pelo enmarañado. «Verlo afeitado fue un alivio, ya que podía abrir los ojos por completo, lo que estoy seguro se sintió mucho mejor«, agregó la directora de la entidad.

Ahí se dieron cuenta que era un perrito viejito y que estaba ciego. Tras percatarse de su microchip lograron contactar a sus familiares, quienes se emocionaron en el reencuentro. «La familia estaba incrédula. Dijeron: ‘¡¿Estás seguro de que es el Sr. B.?!’. Binky ya era mayor cuando lo adoptaron, así que nunca pensaron que lo volverían a ver«, dijo April.
Como estaba ciego fue a través del olor que se dio cuenta que eran sus dueños. «Luego se emocionó, sabía que era su familia«, explicó.

Ahora Binky está pasando los últimos días como siempre los tuvo que pasar: junto a su familia. «La familia estaba tan feliz de saber que lo volverían a ver, algo que nunca pensaron que sucedería«, cerró April.