Ping An el golden retriever fue dejado temporalmente por sus dueños en la casa de unos amigos. Pero él decidió regresar a su hogar cueste lo que cueste.
Cuando tenemos un perrito, siempre contaremos con que a cambio de la comida, el cuidado y el cariño, él nos recompensará con su fidelidad. Estará ahí para cuando regresemos a casa cansados del trabajo, así como para cuando busquemos un compañero con el que salir a hacer un poco de ejercicio. Pero en algunos casos, esta misma virtud puede tornarse en un problema. Es uno de esos típicos casos en que alguien es tan bueno para algo, que termina por jugarle en contra.
Lo que le ocurrió a Ping An, un golden retriever residente en la ciudad de Qidong, China, nos muestra que efectivamente, algo bueno a veces, puede tornarse en un problema.
El cachorro de un año vive en un estado de enamoramiento total hacia sus dueños. No gusta de pasar un solo minuto lejos de ellos, sea recibiendo su cariño o jugando. Esto fue un claro problema cuando por una situación de un viaje de trabajo, sus dueños tuvieron que dejarlo al cuidado de unos amigos. Unos amigos que vivían a casi cien kilómetros de distancia de los dueños de Ping An.
Sin que pasara mucho tiempo desde que lo separaron de sus adorados dueños, y a pesar de que estaba recibiendo todos los cuidados que le era posible recibir, Ping An extrañaba a sus queridos dueños. La situación llegó a un extremo la primera noche de su separación, cuando el golden retriever no lo aguantó más, como contó el Chongqing Evening News .
Cavando un agujero, Ping An huyó del hogar en el que estaba siendo cuidado, dando inicio a una travesía que lo llevaría a recorrer en dos semanas casi cien kilómetros de distancia en busca de su hogar.
Incluso el cachorro con un olfato perfecto habría tenido problemas para navegar un trecho así de grande y el pequeño Ping An no fue la excepción. Terminó por ser encontrado luego de un par de días por trabajadores, quienes alertaron a las autoridades. Estos a su vez analizaron el chip que tenía y dieron con sus dueños.
Lo más sorprendente, era que Ping An no fue encontrado demasiado lejos de su hogar. Quizás con un poquito más de suerte, habría conseguido lo que se propuso. Sus dueños estaba feliz de que estuviera sano. Aunque buscaron una manera de disciplinarlo, resultó imposible: el perrito simplemente sufría de ser demasiado leal.