Mientras pasaba el tiempo los voluntarios del refugio creían que Stevie nunca conocería el calor humano de un hogar. Sin embargo, el día finalmente llegó y él se marchó feliz a empezar su nueva vida.
Los perritos callejeros suelen pasar mucho tiempo teniendo que sobrevivir a las malas condiciones de vida y a las dificultades que surgen al momento de esforzarse por buscar comida y agua. No muchos logran salir de esa situación, pero hay otros que tienen mejor suerte.
Uno de ellos es Stevie, un perrito de Pretoria, Sudáfrica, que pasó mucho tiempo deambulando en la calle pero fue rescatado por los voluntarios del Dogtown Shelter, quienes le podían entregar una segunda oportunidad.

Aunque se encontraba en una buena situación, ya que no tendría que pasar más frío en la calle, según información del medio Ron Project, Stevie tuvo que enfrentarse a otro obstáculo: el rechazo de las familias que no querían adoptarlo.
Así pasó largos 7 años esperando a esos cuidadores ideales que quisieran acogerlo en su hogar. En ese lapso se convirtió en adulto y definió su personalidad.

Mientras pasaba el tiempo se iba haciendo más difícil que fuera adoptado, ya que la mayoría de las personas prefiere adoptar canes cuando son cachorros y así poder criarlos. «Nunca pudimos entender por qué siempre fue pasado por alto. Es el mejor chico«, dijeron desde el refugio.
Al comienzo, los voluntarios teorizaron con que como Stevie era de color negro llamaba menos la atención para aquellos postulantes que querían adoptar. Esto es porque existe cierto estereotipo de que los perritos negros pueden llegar a ser más «agresivos».

La otra teoría es que Stevie venía de una vida difícil y traumática, por lo que no se entregaba mucho con las personas que no conocía. Sus experiencias pueden haber derivado en una desconfianza y un temor hacia los humanos.
Además de eso, Stevie ya era un perrito adulto, aunque su tamaño era más bien mediano su personalidad ya estaba muy formada.

A pesar de esas variables, los voluntarios no se dieron por vencidos y siguieron haciendo campaña por su adopción, hasta que el día llegó. Una familia decidió adoptarlo luego de 7 años viviendo en el hogar de perritos.
Los trabajadores del lugar estaban tan contentos que decidieron despedirlo con aplausos. Stevie se dio cuenta que se iría a una casa feliz y comenzó a despedirse de los trabajadores uno por uno, agradeciendo los cuidados que siempre le brindaron.