Nada se compara al amor entre mascota y humano.
Si alguna vez han tenido a un perro como mascota, sabrán que se emocionan fácilmente, a diferencia de los gatos, quienes pueden mantener cierta compostura al ver a su persona favorita. Los perros por su lado, prefieren demostrar su emoción moviendo su cola de lado a lado, orinándose o corriendo y saltando de un lado a otro.
El problema es que uno jamás lo ve venir, especialmente no esos saltos que pueden llegar a botarnos al suelo como si fuésemos una débil pluma.
Riley es un golden retriever, que como todo buen perro, espera todo el día para ver a su amo después de ese par de horas que se sienten como semanas enteras. Eso significa que durante varias horas prepara sus mejores saltos y movimientos de cola para darle la bienvenida otro día más a su humano y así celebrar juntos la vida.
En el video, Riley salta tan alto que menos mal su dueño venía preparado, de lo contrario esa caída no habría sido nada suave.
Era tanta su emoción que corrió hacia afuera y saltó hacia los brazos de su dueño como si no se hubiesen visto en años.
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La expresión de felicidad en el rostro de Riley es evidente, y viendo el resto de sus fotos en su cuenta personal de Instagram, está claro que este perro nació para dar abrazos y muchos lengüetazos.