Una cosa era segura: acababa de tener cachorros y por alguna razón ellos no estaban a su lado. La perrita entendió que era gente buena y les pidió ayuda.
Los trabajadores del Centro de Rescate para pitbulls de Villalobos en Nueva Orleans, Estados Unidos, recibieron una llamada que terminó de una manera totalmente inesperada: se encontraron con una amorosa madre que cuidaba a sus cachorros más que a ella misma.
Una guardia de seguridad de un supermercado cercano llamó para avisarles que había visto a una madre perruna en muy mal estado, desnutrida y enferma merodeando por el estacionamiento del recinto.
La mujer informó que nadie parecía saber a quién pertenecía el animal, pero una cosa era segura: acababa de tener cachorros y por alguna razón ellos no estaban a su lado.
Pero, ¿dónde estaban sus cachorros? Rescatistas se pusieron en marcha para ir al encuentro de la madre y para encontrar a los cachorros lo antes posible.
No fue difícil encontrar a la madre, en cuanto el equipo llegó, una temblorosa y delgada perra se acercó a ellos, era amigable y también se notaba un poco ansiosa, además, se podía ver con claridad que había sido madre hace poco.
Una vez que la pitbull notó que las intenciones del equipo eran buenas, ella misma los guío hasta una casa cercana.
Llamaron a la puerta y un hombre abrió, les informó que el perro pertenecía a su compañero de habitación que ahora estaba en prisión. Añadió que él se estaba encargando del animal mientras tanto, pero los trabajadores de rescate pudieron ver que eso claramente no era cierto.
Los cachorros de la perrita estaban en la casa, pero el propietario se negó a dejarlos pasar, por lo que solo pudieron rescatar a la madre, quien se puso muy triste cuando la apartaron de sus bebés.
A los pocos días pudieron tener permiso legal para regresar a la casa donde estaban los cachorros y llevarse a los perros al refugio, donde su madre los estaba esperando con ansias.
En cuanto ella pudo reunirse con sus crías, el personal que la rescató pudo saber que todo lo que hicieron valió la pena, ya que el reencuentro fue muy especial.
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Una hermosa historia.