Arlo pasó por mucho antes de llegar a su nueva familia, pero al fin vive lo que tanto merece.
Cuando Donna Clark, presidenta del refugio Soul 2 Soul Animal Rescue en Winston, Oregón (Estados Unidos) supo que un pitbull negro llamado Arlo necesitaba de un hogar temporal, sabía que iba a ser todo un desafío.
Y es que para mucha gente esta raza es peligrosa, además de que el color negro lo hacía ver más intimidante pero no es más que apariencia, ya que es todo lo contrario: dulce y con buena disposición.
Pero tanto Donna como el equipo no pensaban rendirse y se concentraron en todo lo posible para ayudar a Arlo al encontrar el hogar que merecía.
Cuando al fin una familia decidió darle una oportunidad, terminó regresando al refugio pero no por agresivo ni nada parecido, sino por su personalidad juguetona y enérgica que contrastaba con su tranquilo estilo de vida. Una tristeza para los miembros del refugio.
“Cuando Arlo regresó de su primera familia adoptiva, nuestros corazones se rompieron. Fue realmente difícil ver a Arlo deprimirse y confundirse en cuanto a por qué ya no estaba con ellos“, comentó Donna a The Dodo.
A pesar de todo no se rindieron. Tiempo después Arlo fue enviado con una mujer en lo que fue una adopción experimental, una experiencia que le ayudó a recuperar el ánimo y ganar algo más.
El día en que Arlo la conoció, ella supo que era cosa del destino conocerse y se atrevió a dar el gran paso. “La nueva adoptante de Arlo dijo que inmediatamente se enamoró de su hermoso rostro y supo que necesitaba hacerlo parte de su familia“, contó Donna al medio.
¡Y así mismo fue!
Gracias a esta bella oportunidad, Arlo disfruta de la vida familiar que tanto ha esperado: adora correr por el césped con su hermana canina y comparte tiempo de calidad con su nueva dueña, quien lo ama y acepta como es.