El perrito sobrevivió al ataque de un hombre que le disparó a su madre y luego se suicidó. Por fortuna, sus cirugías salieron bien y se pudo recuperar.
El trabajo de los policías suele ser muy estresante. Y es que tienen que ser capaces de controlar muchas situaciones peligrosas, que van desde atracos, hasta accidentes y rescates de personas que están en peligro.
Sin embargo, una de las cosas más duras que a veces tienen que vivir es cuando hay animales de por medio. Eso fue lo que le ocurrió a un policía de Richmond, en Virginia, Estados Unidos, luego de ser testigo de las consecuencias de un violento tiroteo.

Según información de La República, se trata de un agente de policía que acudió hasta una morada en la que se descubrió que Lee Blair, de 49 años, le disparó a su madre, Kathy Brashier, de 68 años y luego se había suicidado.
Los vecinos llamaron a la policía 20 horas después de que el homicidio se había perpetrado. Cuando los oficiales llegaron hasta el lugar se dieron cuenta que el perrito de la familia, Luca, también había recibido un disparo.

Los funcionarios del Richmond Animal Care and Control (RACC) sacaron al pastor alemán del lugar y lo llevaron hasta una clínica en donde descubrieron que en su cabeza tenía alojada una bala.
Tras una larga cirugía, Luca pudo sobrevivir y se recuperó favorablemente. En paralelo a su rehabilitación y terapia, Luca estuvo viviendo unos meses en el refugio Richmond Animal Care and Control, en donde pudo socializar con otros perritos.

Desde las redes sociales oficiales del refugio informaron que el mismo oficial que socorrió al perrito ahora se hará cargo de su cuidado para siempre.
“¡Estamos encantados de anunciar que Luca ha encontrado su hogar definitivo! Luca fue adoptado por uno de los agentes del RPD que se encontraba en el lugar de este terriblemente triste caso (…) Está viviendo su mejor vida“, escribieron.