“Les encanta jugar y pueden perseguirse por la casa durante horas. Dondequiera que ella vaya, él la sigue”, contó Irina, su cuidadora.
Desde los tiempos de “Tom y Jerry”, la popular serie animada, que existe la creencia de que gatos y ratones deben llevarse mal por naturaleza. Es cierto que los gatos tienen un instinto cazador y los ratoncitos son sus presas. Pero hay veces que hay excepciones a la regla.
Una de esas es la historia entre una tierna gata anaranjada, llamada Perseya, y un adorable ratón, llamado Filya, quienes han derribado algunos mitos y que han desafiado las lógicas de su supuesta “naturaleza antagónica”.
Según información de The Dodo, su dueña, Irina, dijo que desde la primera vez que se vieron que se transformaron en amigos inseparables. De hecho, aseguró que el ratón sigue a la gata hacia todos los rincones de la casa y no se despega de su lado.
“Les encanta jugar y pueden perseguirse por la casa durante horas. Dondequiera que ella vaya, él la sigue. Me gusta llamarlo como su “cola”, porque siempre necesita estar cerca de ella“, contó Irina.
Para ella su amistad es un pilar fundamental en sus vidas, porque ambos animales se acompañan, se brindan apoyo, amor y cariño.
Sin importar que sean de distintas especies, pareciera ser que ese afecto traspasa incluso esas barreras, que para muchas personas a veces puedan parecer inquebrantables. En el caso de Filya y Perseya no existen muros ni obstáculos.
Irina contó que la llegada del ratón y el inicio de su amistad le ha servido a calmar a su felina en distintos momentos de estrés.
“Cada vez que siente que ella podría estar herida o molesta, siempre viene al rescate. Una vez tuvimos que hacer un viaje rápido. Perseya se sentía muy nerviosa pero Filya no se apartaba de su lado. Él le estaba dando besitos para calmarla. Realmente podías ver lo agradecida que estaba en ese momento“, aseguró su dueña.