Los dueños de la granja en la que vivía Woody el zorrito, solo lo dejaron ir si les pagaban lo que esperaban obtener convirtiéndolo en una prenda.
Las distintas partes del mundo tienen distintas leyes de protección y cuidado de los animales. Todo tiene relación con la población local de este u otro animal, así como el interés del gobierno local por darles ciertos derechos a estos mismos animalitos. Lo que debemos tener en cuenta de esto, es que en algunos lugares del mundo, cierto animal puede ser una especie con pocos números, incluso en peligro.

Mientras que esta misma en otro rincón del globo, puede ser vista como algo común. O incluso, como fue en la historia de Woody el zorrito, como un material de trabajo.

Cuesta pensarlo viendo lo amable y juguetón que se ve, pero para algunas personas en Rusia, este bello mamífero de pieles cobrizas no era más que el paso previo a la fabricación de un lujoso abrigo de piel.

Antes de ser Woody, el zorrito era parte de los animales que una granja de pieles criaba para luego hacer uso de sus hermosos abrigos naturales.

Con lo que no contaban en este cruel proceso, era la bondad de un chico llamado Yaroslav. Cuando pasaba por fuera de la granja, notó al zorrito, caminando cabizbajo por los pastos de la granja. Sin pensárselo dos veces, llamo a la campana y preguntó si podía hacer algo por él.

Demostrando lo poco que les importaba la vida del pequeño zorro, sus dueños le dijeron que era libre de llevárselo… siempre y cuando les pagara lo que esperaban obtener en la venta de su pelaje, luego de su transmutación en abrigo.

Yaroslav tuvo que sacar una suma no menor de dinero, pero los beneficios de esta inversión se vieron solo un par de semanas después. Woody se demoró solo un par de días en acostumbrarse a su nueva situación de vida, ayudado más que nada por el cariño de su nuevo dueño.

Yaroslav no solo le demostró todo el cariño que le había sido negado, sino que también lo protegió y alimentó a gusto.

El zorrito pagó esta bondad demostrándose juguetón y cariñoso, así como de lo más atento para su exitoso Instagram personalizado.

La historia de Woody enterneció a las redes, especialmente cuando se toma en cuenta que hay personas que serían capaces de pasar por alto esa sonrisa de placer y goce, todo por hacer un poco de dinero. Por suerte tenemos a gente como Yaroslav, que ayudan a equiparar la balanza de la crueldad y la bondad hacia nuestro lado.