Pipo vivió 13 años junto a una familia hasta que su salud ya no pudo más. «Hoy me despido de ellos sabiendo que tuve una vida grata, larga y llena de amor», escribió la dueña en su homenaje.
Las redes sociales no siempre sirven para mostrar el lado bueno de las cosas y las partes felices que tiene la vida. Muchas veces es ocupada por los mismos usuarios para sincerarse y hasta homenajear a personas y animales queridos que ya partieron.
Este fue el caso de la usuaria, @isabellacondobleele_, que aprovechó su cantidad de seguidores para honrar a alguien muy importante en su vida: su amado perrito que tuvo que ser dormido porque estaba enfermo.

Según información de Univision, Isabella era dueña de un perrito bóxer llamado Pipo, quien al poco tiempo de su llegada a la familia se transformó en un miembro más del clan.

A lo largo de 13 años Pipo fue un compañero fiel y cariñoso que estuvo al lado de Isabella y de los demás familiares en los momentos más importantes. Sin embargo, con el pasar del tiempo su estado de salud se fue deteriorando y la vejez lo golpeó fuerte.

Pipo se sentía débil y tenía algunos problemas en su organismo, propios de la edad. Luego de ir con varios veterinarios, Isabella recibió una noticia que nadie quiere recibir: tenían que dormir a su perrito para siempre.
Tanto la joven como la familia confirmaron que su último día había llegado y era momento de que Pipo descansara. Isabella creía que de verdad se lo merecía, por todos los años que los había acompañado.

«Hoy es mi último día. Hoy me despido de mi familia, hoy me despido de mi mamá y de todos los que me vieron envejecer desde hace 13 años. Hoy me despido de ellos sabiendo que tuve una vida grata, larga, llena de amor, aventuras, llena de abrazos, de besos y de todo el amor del mundo«, escribió Isabella en su video.
A través de un video Isabella se despidió y honró a Pipo en su útimo día con vida. La publicación fue un video recopilando los momentos más divertidos y tiernos que pasó junto a él, desde que llegó a la familia, hasta su día final.
«Me quisieron desde que llegué a la casa, todos se morían por mí, me consentían, me paseaban y hoy aunque no me van a ver dormir en la sala, las aventuras de Pipo siguen ahora, pero en el cielo y más allá«, cerró la joven.