Así se ven 2.100 barriles de crudo sobre el océano.
El golfo de México, a la altura de la costa de Luisiana (Estados Unidos), ha sido invadido por una mancha de petróleo procedente de una fuga en las tuberías submarinas de Royal Dutch Shell. Se calcula que el derrame equivale a 340.000 litros de crudo. El espectro de la mancha ocupa una área aproximada de 3 kilómetros por 21 kilómetros.

El incidente ocurrió en Glider Field, un grupo de cuatro pozos submarinos conectados a la plataforma Brutus.
Curtis Smith, voceo oficial de Shell, comentó que un helicóptero de la compañía sobrevoló la zona el pasado jueves 12 de mayo. De acuerdo con Smith, los pozos se encuentran bajo control después de que se aislara la fuga.

En un comunicado emitido por Shell, la compañía confirmó que el hecho no está relacionado con fallas en el control de los pozos pero tampoco ha determinado una causa exacta:
“Shell está determinando la causa exacta del escape mediante la inspección del equipo submarino y el flujo en Glider Field. La compañía ha realizado todas las notificaciones reglamentarias apropiadas y ha movilizado buques de respuesta, incluyendo aviones, en caso de que la fuga sea recuperable”.
Vice News confirmó que Shell y la Guardia Costera de Estados Unidos “han recuperado más de 290.000 litros de mezcla de agua e hidrocarburos”.

Greenpeace consideró que este incidente es una alerta sobre la extracción marina de petróleo:
“En medio de una notable ola global de resistencia a los combustibles fósiles, hemos recibido otro severo recordatorio de que es momento de mantenerlo en el suelo y decir no a la extracción de petróleo en aguas profundas”.

Se ha descartado que el petróleo alcance la costa.