El animal había logrado adaptarse.
Todos amamos a los animales (o la gran mayoría de nosotros), y más de uno hemos rescatado a alguno que se encontraba abandonado. Un gato, un perro, o incluso un pájaro herido. Pero esta abuela transgresora, fue más allá. Fiel amante de los animales decidió rescatar algo un poco mas salvaje. A favor de ella hay que reconocer que fue todo por accidente…
Esta es la historia completa: resulta que Eric Hertlein un día decidió ir a visitar a su abuela a Kansas, EE.UU. Eric sabía que su abuela compartía su casa con algunos gatitos rescatados de la calle, por lo que para el era lógico toparse con ellos cada vez que la visitaba. Esta vez, se llevaría una sorpresa.
Cuando Eric entró por la puerta quedó en shock. Se dio cuenta inmediatamente de que uno de sus gatos ¡no era en realidad un gato! Su abuela había estado cuidando de una zarigüeya adulta por varios meses, pensando que ésta era un gato.
La zarigüeya ha sido siempre considerada una “rata salvaje”, invasoras, dañinas, malolientes, casi una plaga. Increíblemente, esta parece haberse adaptarse por completo a la vida de mascota que su abuela rescatista le propuso.
“Mi abuela ha estado cuidando de una zarigüeya los últimos meses, pensando que era un gato. ¿Qué haces abuela!?”
Eric
Aparentemente el animalito había perdido su identidad animal y se había acostumbrado a la vida de gato.
Eric comentó :¿Notan la diferencia entre estos gatos?
Eventualmente la abuela notó la diferencia entre los “gatos” y se dio cuenta que Tete (así la había llamado), no era más que una zarigüeya salvaje…