Silicon Valley ya está detrás de ella.
Cada vez se habla más de la agricultura orgánica pero muchos creen que se trata sólo de una moda pasajera para tener un par de pequeñas plantas en casa. En realidad, aprovechar los metros cuadrados descubiertos de las ciudades, por escasos que sean, es una estrategia que puede darle un giro de 180º a la forma como consumes alimentos. Esto lo ha demostrado Agustín Casalins, el emprendedor detrás de Verde al Cubo.
Hoy por hoy, Verde al Cubo es una empresa líder en la implementación de cultivos hidropónicos en el Cono Sur.
Incluso ha llamado la atención de la NASA, pues ha sido seleccionada por la Universidad de la Singularidad, una iniciativa de la agencia espacial que expone ideas para salvar al mundo.
¿Cómo va a salvar al mundo un cultivo urbano?
Facilitando el acceso a alimentos sanos y frescos, sin tener que pagar por cada cosecha.
De acuerdo con un reportaje publicado por el diario argentino La Nación, Casalins gestó su idea gracias al legado de su padre:
“Su padre, un neurocirujano cuya pasión por los alimentos lo llevó a tomar prestadas sales y mangueras del hospital ferroviario en el que trabajaba, para diseñar en tres meses una huerta a partir de la combinación justa de fórmulas, nutrientes y agua, sin la ayuda del suelo”.
Y es así como después de varios años, Casalins retomó el legado de su padre y ahora sueña con ciudades más verdes y autosuficientes.
Su sistema está hecho a prueba de la ineptitud urbana para las labores agrícolas. Verde al Cubo entrega la huertas prácticamente armadas, con un sistema de riego que no necesita de tierra ni fumigantes perjudiciales.
¿Te animarías a tener una huerta en casa?